COLUMNA DE OPINION

El amor es todo lo que existe

Claudio Valerio

 

Ser rico es un estado de ánimo. Esto es, al margen de cuánto dinero tengamos, algunos de nosotros nunca seremos lo bastante libres como para disfrutar de las bendiciones que nos presenta la vida. Sin embargo, están aquellos que son ricos con tan solo tener su mensualidad, su sueldo y, con el mismo, seguir por delante… Hagamos un alto en las tareas diarias y tomemos el tiempo para sentarnos y disfrutar de los pequeños placeres, nuestra carrera diaria posiblemente sea abrumadora.

Tengamos hoy el tiempo para alegrarnos de nuestros logros y con los éxitos de los demás, ambos casos nos llevan a disfrutar de cada día.  El resto, aprendamos a arrojarlo, prioricemos el corazón.

Dejemos de estar ocupados haciendo sólo  dinero; aprendamos y sepamos cuándo dejar de trabajar, reunirnos con amigos y hacer esas cosas que sólo el corazón nos indica.

No nos olvidamos del cómo ser, y dejemos de preocupamos por tener, tener, tener; si nos mantenemos en esta última opción, nuestro espíritu cada día se empobrece y, lamentablemente no nos permitirá apreciar la naturaleza, y las bellezas que ella tiene,  que son las grandes obras de nuestro creador.

Disfrutar de los pequeños placeres; así, probablemente,  la carrera diaria será menos abrumadora

Un hombre rico no necesariamente es aquel que tiene  mucho éxito en los negocios. También están los que, estando conectados al sol, al verde del monte, al cielo, a los animales, al agua, a su familia; que podamos disfrutar de nuestro jardín, alumbrado con la luna y las estrellas, y con velas sobre la mesa; sí,  a la vida toda; ellos también son ricos.

Si algo no nos nutre,  ni nos enriquece, hay que soltarlo y liberarnos para que todo  fluya. Dejemos de lado las opiniones de los que opinan sobre nosotros, ellas no nos define quienes somos, es solo su opinión.

Tratemos de comprender al prójimo y su forma de proceder; no juzguemos. La situación actual en la que estamos, no es el destino final; y estando en este estado el pasado nos llama, no tiene nada nuevo que ofrecernos, no le contestemos; porque pensar de más sólo nos lleva a tener una preocupación innecesaria, la que nos agota.

No permitamos que el mundo cambie nuestra sonrisa, usemos la sonrisa para cambiar al mundo; porque, siendo amable con los demás, tendremos comprensión con todos aquellos que están librando alguna que otra batalla y que no conocemos.

No abandonemos nuestros sueños; si el plan trazado falló, cambiemos el plan. No nos enfoques en las dificultades, mejor es, con mucha fe, en evaluar posibilidades.

 

Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, que Dios te sonría y permita que prosperes en todo lo que emprendas, y derrame sobre ti, Paz, Amor, Salud, y mucha Prosperidad.

 

Claudio Valerio

© Valerius

 

Noticias relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Close