Interés General

Profeta en su tierra: ¿Cuál es el secreto?

Escobar a Diario entrevistó a Omar Sandra Tancredi, la artista trans que pasó de los eventos privados a los escenarios teatrales y llega a la televisión conquistando al público con su singular belleza y espontaneidad. No para de brillar.

 

Nació el 7 de octubre de 1967 (53 años) es un/una artista Trans, de la ciudad de Garín. Su personaje La Tía Gaucha ha conquistado al público en los últimos años con rimbombantes apariciones con figuras del espectáculo nacional, tanto de teatro como de televisión. A pesar de la pandemia y las restricciones el año 2021 la ha encontrado en un vertiginoso ascenso de su carrera.

Fue convocada para participar de espectáculos en el Teatro Seminari junto a figuras nacionales de la talla de Moria Casán, Gladys Florimonte, Pablo Layus, y el 6 de agosto volverá a compartir escenario junto a la capocómica Carmen Barbieri. Siempre con localidades agotadas.

Pero la historia de este/a artista garinense comenzó muchos años atrás.

Su mamá Margarita Álvarez llegó a Garín en el año 1962, “cuando la localidad era un pueblito con muy pocos habitantes. Mi niñez fue algo difícil. Éramos una familia de muy bajos recursos, con una mamá separada y cuatro hijos más. Mi mamá había quedado sola y trabajaba en la propiedad de la familia Condoluci, en la quinta de flores”.

Margarita llevaba a sus 5 pequeños hijos al trabajo, Omar Andrea era la bebé. “Me cuidaban mis hermanos mientras mamá hacía los surcos para limpiar las plantas”.

La primaria la hizo en la escuela N° 10, a cuatro cuadras de su casa.

“El primer año del secundario lo hice fantástico, después el 2do. Repetí porque ya empecé a sentirme distinta en el sentido de que no me gustaba hacer las cosas que hacían los varones: jugar a la pelota y todas esas cosas. Las reuniones, fumanchadas, esas cosas no me gustaban y me aislé… Yo siempre me dedique a tener amistades de gente grande porque con los chicos de mi edad era como que mucho no encajaba”.

Después de completar el secundario estudió 2 años de teología a través de la Universidad adventista Del Plata.

“Como no aceptaba la homosexualidad pensé que estudiando teología esto “se me iba a pasar, se me iban a ir estas cosas”. Porque yo no entendía lo que me pasaba. Desde muy chiquitito me gustaban las muñecas, y todos los juegos de nena. Era una nena en un cuerpo de varón. Siempre escondiéndome”.

Su primer trabajo fue de lava copas en el club Aránzazu. “Uno de los primeros country club que hubo en Garín. Trabaje allí de los 14 a los 16 años. Después conseguí trabajo como cadete administrativo en la clínica San Carlos, que ahora es el Hospital Néstor Carlos Kirchner donde estuve 2 años, hasta los 18, y después conseguí trabajo en una empresa metalúrgica donde estuve 5 años.

Más tarde Omar Sandra ingresó al laboratorio Biogénesis Bagó y su último trabajo bajo dependencia fue para una empresa que hacía embalajes para Ford y Volkswagen, allí era “supervisor”. “Ahí hice el clic y dije: No puedo seguir con esta vida. Yo quiero ser lo que soy, y animarme a vivir. Me puse a estudiar peluquería, y me recibí en el año 97”.

Apenas tuvo el título en manos puso su peluquería. La instaló en octubre del 97 y la conservó por 20 años.

“Cerré la peluquería en el año 2018 cuando falleció mi mamá. Ella me acompañaba siempre. Quizá por ello no me sentía bien y la terminé cerrando y me puse a trabajar en casa con los clientes que me quedaron.  Allí empezó la transformación de la Tía. A ser más libre y a animarme más a vivir mi vida. Era una persona de 50 años y me dije: ¿Sino lo hago ahora cuando lo voy a hacer? La vida se me pasa.”

A veces las oportunidades llegan cuando la persona está lista para enfrentarlas. Fue en ese momento que la artista Trans comienza a profesionalizarse y es descubierta por el Director del teatro Seminari, Néstor Vitola quien le ofreció hacer un stand up.

“Fue en junio del 2019. Y se llamaba ¿Cuál es el secreto? Y el secreto es ser agradecido con la vida, con la gente. Y ese es el mensaje que daba, mientras contaba mi vida.

Detrás de ello vino otra obra del productor teatral Ezequiel Castillo, en el teatro Brilla Cordelia, en presidente Perón 1926, el vodevil “De Rodillas”. Lo iban a hacer por 3 funciones y terminaron haciendo el espectáculo por 3 meses y medio. Siempre a sala llena.

El martes pasado brilló una vez más en el estudio de “Showmatch, La Academia” junto al modelo y participante del certamen Mario Guerci. Marcelo la detectó entre los presentes y enseguida se acercó al grupo de invitados. Acompañaba a la Tía Gaucha el director del Teatro Seminari Cine Italia, Néstor Vittola. El funcionario de la municipalidad de Escobar le brindó a La Tía su primera oportunidad sobre un escenario. Vitola fue quien le dio un verdadero espaldarazo a su carrera y la profesionalizó.

Días atrás, me volvió a tocar “la varita mágica” y mi amigo Mario Guerci, el modelo y bailarín de Tinelli, me invitó a La Academia y allí estuve presente acompañada por mi amigo Néstor Vitola, el director del Teatro Seminari y pasó todo lo que paso que ustedes pueden haber visto”.

Y lo que vimos es que una vez más brilló. Y siguió brillando ya que fue invitada a otras presentaciones. Hoy, viernes por la noche podría estar nuevamente con Tinelli si los tiempos del vivo lo permiten.

Podríamos decir que le esperan muchos años de éxito en esta carrera que tomó velocidad. Con esa mirada, que siempre ríe, con su voz dulce y su hablar pausado, con la espontanea voluntad siempre de ayudar, con su picardía que nunca es grosera, gana el corazón de todos y brota el aplauso.

Al igual que tantos chicos y chicas, tantos hombres y mujeres, Omar Andrea de lo único que se arrepiente en la vida es de no haberse animado a mostrar su sexualidad antes.

“Tuve que esperar hasta los 29 años para poder decírselo a mi mamá y a mi familia.   Hasta los 50 viví más libre, pero bueno, no tanto como ahora que me animo a la transformación total que logre tener. Pero tuve y tengo una vida muy linda. Muy querido por mi familia, aceptada por mis amigos, el único trauma de discriminación era mío. Yo no me aceptaba, la gente siempre me aceptó.  

La muerte de dos de sus hermanos fue un gran dolor para esta artista, pero su motor, su guía, siempre ha sido su madre. “Mi mamá fue una mujer de muchos valores. Nos enseñó a ser buena gente, antes que todo. A ser respetuoso con el prójimo y a quererse uno mismo”.  

Sin lugar a dudas, Omar Sandra Tancredi, La Tía, lo aprehendió.

Es nuestro deseo que no pare de brillar.

 

Graciela Zorrilla.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Noticias relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Close