Interés General

Fortín Malvinas

Por VGM Enrique Oscar AGUILAR

MALVINAS: «HOMBRES DE LEYENDA»:

Última Parte

En Playa Verde:
Continúa con su relato el “mayor” López: …” – El frío era intenso, la noche una verdadera boca de lobo. Ya no tenía dudas, estábamos en camino, los ingleses habían oscurecido totalmente a Puerto Stanley, estábamos a unos tres mil metros de la costa. La navegación con los botes de goma era difícil, el agua estaba llena de “cachiyuyos” (algas que se desarrollan en las piedras sumergidas) logré llevar nuestro bote sin dificultades, algunos se atrasaban. Nos desorganizamos bastante, llegamos primeros a la playa. Eran exactamente las 00:00hs del 2 de abril. Hicimos el control y vigilancia del perímetro mientras los demás se cambiaban las ropas, luego lo hicimos nosotros. Habíamos desembarcado más al Este de la posición original. Los exploradores que habían salido del submarino “ARA Santa Fe” nos avisaron a tiempo que en el punto original nos estaban esperando.
No veíamos nada. El capitán Giachino divisó la sombra a lo lejos, de la elevación del cerro “Supper Hill” y dio la orden de dirigirnos hacia él. Desde la cima podríamos tener una mejor visión y ordenar así nuestra marcha hacia el objetivo. Fue un trayecto durísimo, estábamos muy cargados, llenos de municiones y equipo, para colmo las luces de un vehículo que se aproximaba, nos hizo redoblar la marcha. Casi sin aliento, llegamos a la cima. ¡Podíamos ver Puerto Argentino!
El teniente García Quiroga se había golpeado una rodilla y marchaba con el grupo “Verde” a retaguardia”.

La Casa del Gobernador:
A esta altura de sus recuerdos, el “mayor” López ya no se interrumpe ni me mira esperando una pregunta…, camina con la “Patrulla Techo” nuevamente…, continúa relatando: “… – Descendimos hacia el pueblo y el capitán Giachino decidió abordar el objetivo desde la parte trasera. Había una sospechosa quietud. En ese momento comenzamos a escuchar las explosiones y ráfagas provenientes de “Moody Brooks”, eran los “anfibios” del capitán Sánchez Sabarots atacando el cuartel de los “Royal Marines”.
En ese momento comenzamos a recibir fuego desde una elevación en la parte trasera de la casa. Contestamos inmediatamente, buscamos cobertura y tratamos de ver de dónde venía. Afortunadamente, el inglés disparaba con “trazadoras” y respondimos hacia donde comenzaban los disparos. Era un solo tirador, gritaba números en inglés y cambiaba de posición. Mientras tanto el capitán Giachino, cubriéndose de los disparos se dirigió al frente de la casa del gobernador. A los gritos llamó al teniente García Quiroga que hablaba un perfecto inglés, le pidió que le transmitiera al gobernador la orden de rendirse. El tiroteo aumentaba en intensidad. De golpe quedaron cubiertos por lo que parecía una manta naranja, eran trazadoras, los atacaban desde el pueblo, a través de la cancha de fútbol que estaba frente a la casa del gobernador”.

El Heroísmo:
“… – Para no ser acribillados, el capitán Giachino dio la orden de entrar a la casa. El, García Quiroga, Cardillo, Flores y Ledesma saltaron una verja para llegar a una puerta trasera de la casa. Cardillo la quiso abrir a patadas, no pudo, El capitán Giachino le sacó el seguro a una granada, rompió el vidrio y alcanzó la cerradura, entraron y no vieron nada.
Fue en ese momento, cuando salían, los tiros rebotaban en el cobertizo alrededor de la puerta, Giachino y García Quiroga no dudaron, salieron igual. Ambos fueron abatidos.
El capitán Giachino recibió un disparo en la región inguinal derecha y en el glúteo del mismo lado. El teniente García Quiroga un impacto en el brazo izquierdo, tres en el tórax, que pasaron por el costado del chaleco antibalas y un quinto, que pegó en el cortaplumas (Victorinox) que llevaba en un estuche de cuero sobre la ingle derecha. Esto le salvaría la vida al impedir que el impacto se incrustara en la arteria femoral.
El capitán Giachino llamaba al enfermero, el cabo Urbina era enfermero profesional y me estaba ayudando a recargar los cargadores de nuestras armas. Al escucharlo, tomó el bolso con el botiquín y salió para ayudarlos. Se topó con unos ganzos, se sobresaltó y por un instante quedó al descubierto. En ese momento, un golpe en la cintura lo levantó en el aire. Quedó herido y tirado a pocos metros de Giachino y García Quiroga.
Cubriéndome como podía, salí en busca de refuerzos, los “VAOS” del grupo principal de desembarco estaban cerca de la casa del gobernador. El tiempo valía oro, los heridos se desangraban.
Luego de quedar encajados en la turba, por el peso del anfibio, descendimos y fuimos directo al frente de la casa del gobernador. El grupo del capitán Sánchez Sabarot, había llegado desde “Moody Brooks” y nos estaban apoyando. Un “michi” (guardiamarina) que estaba conmigo había apuntado su lanzacohetes a la casa del gobernador. Alcancé a gritarle que no. No podíamos causar bajas. Le dije: mejor apunte al camión que está en la puerta, eso los va a intimidar. Afortunadamente, antes que efectuara el disparo…, vimos un pequeño pañuelo blanco. El gobernador y 42 Royal Marines que lo protegían, habían decidido rendirse. El camión que yo había elegido estaba cargado con minas “antitanque y antipersonal” si lo hubiéramos impactado el daño hubiera sido increíble.
Eran las 9.15 de la mañana, el gobernador se había rendido. Pasaron tres horas antes que Giachino, García Quiroga y Urbina recibieran atención médica. El capitán Giachino no llegó con vida al hospital de Puerto Argentino. La supervivencia del teniente García Quiroga y del cabo Urbina, merece un libro aparte.”.

Jamás los olvidaremos:
Así finalizó su relato el Suboficial Mayor (BT) Pedro C. López, no fue un simple relato, no estaba conmigo en la entrevista, volvió a caminar por Malvinas, junto a la Patrulla TECHO, sus manos, sus gestos, mostraban la sorpresa, el sigilo, el cansancio, la angustia, la tristeza, el orgullo por sus camaradas y por el deber cumplido.
Su sencillez y sensibilidad quedó demostrada cuando le pregunté: ¿Es Ud. consciente de la página de historia que escribieron…? él respondió: “-sólo cumplimos la tarea para la que siempre nos habíamos preparado”. Esta respuesta habla por sí sola de la grandeza de estos HOMBRES. A ellos todavía le debemos una película, como dije antes…, nos regalaron la historia. ¡¡NOS LLENAN DE ORGULLO!!!!!

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