PILAR

Crece el misterio en torno al homicidio del country

Los vigiladores y vecinos estan siendo investigados.

Crece el misterio del crimen de Roberto Wolfenson (71) asesinado tras una golpiza y estrangulamiento y encontrado dentro de su vivienda del barrio privado La Delfina, en Pilar, .

En la casa del occiso la policia no halló rastros de lucha ni de la golpiza que recibió antes de morir. Los investigadores siguen asegurando que el día del crimen sólo ingresó el profesor de piano, junto a vigiladores cuando este no respondía a los llamados.

El resultado de la autopsia arrojó que Roberto fue golpeado en la nuca y ahorcado, pero antes de esto el ingeniero recibió una paliza feroz. Los investigadores tratan de determinar donde ocurrió el ataque ya que la casa no presentaba rastros ni signos de esta pelea.  El jubilado tenía un corte de 7 centímetros en la nuca, otro en la frente de 3 o 4 centímetros, otro en un púmulo y otro en la parte interna d ela boca y ademas fue ahorcado, pero no se encontró en el lugar el elemento que se usó y ni siquiera aún se descubrió de que material era.

Mientras, varios vecinos se mostraron indignados con el medico forense que revisó en primera instancia el cuerpo y determino que el jubilado habia fallecido de muerte natural en medio de un cuadro de esta magnitud, dado que  tambien Wolfenson tenía marcas de golpes en la mejilla izquierda; hematomas en el pecho, una lesión en el dedo pulgar, las yemas con lesiones compatibles con su intento para que no lo ahorquen, y una marca en el meñique, como también de contusiones en las manos.

«La similitud con el asesinato de María Marta en otro country de Pilar  nos pone en alerta en cuanto al grado de desproteccion que tenemos los vecinos. Tememos que este asesinato tambien quede impune. Como en el otro caso, hay demasiado misterio. Un ataque feroz que para el médico es muerte natural, los vigiladores y la empresa de seguridad del country que tampoco aportaron nada, la familia que distrae la investigacion aduciendo problemas de salud, y el móvil del crimen, que como en aquel otro caso sigue siendo un enigma» – dijo un vecino del lugar que teme que comience una cacería de brujas, y recordó el asesinado de María Marta Garcia Belsunce en octubre del 2002, en el barrio cerrado “El Carmel».

Alimentando esta preocupacion se conoció que, según los registros del barrio cerrado, el ingeniero no salió del predio ese día, al menos no en su auto y no consta en los registros. Sólo una persona fue a verlo, según está asentado en el libro de visitas: el profesor de piano que descubrió el homicidio. El jardinero fue el viernes pasado por la mañana a limpiar la pileta, pero no ingresó a la casa. Por ello, la lupa además se posa en la seguridad de La Delfina, en el estado del perímetro del country y, por supuesto, en sus vecinos.

La Justicia pidió a la Policía Bonaerense un registro exhaustivo a la periferia del barrio, como también las incidencias que se hayan reportado a la guardia: ya sea de la alarma o de conflictos con propietarios e inquilinos, incluso con los empleados de seguridad y denuncias de robos intramuros.

Mientras la familia del jubilado pudo mostrar donde se hallaban al momento del crimen, al igual que la mujer de la limpieza, un jardinero, los albañiles, cuyos relatos no tuvieron fallas y las antenas de sus teléfonos móviles  constataban donde se encontraban entre las 13 y 17 horas del pasado viernes, los investigadores apuestan al análisis que se hará en un laboratorio de Junín al pelo negro y largo hallado debajo de la cama del cuarto donde encontraron muerto a Roberto y de los restos que retiraron de sus uñas, donde buscarán el ADN del presunto homicida. También se estan peritando un juego de sábanas que fueron halladas en el lavarropas de la vivienda.

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