COLUMNA DE OPINION

 «La Estrategia del Cordobés»

Por: Juan Carlos Villalba

1

 

Lo que no está prohibido…está permitido..Doc..? – pregunto El Cordobés.

Obviamente estimado amigo – contesto “El Doc.” con la seguridad propia de un letrado con mucha experiencia.

El Doc.” trabajaba de “Che pibe”  en el estudio del abogado más prestigioso de Escobar, y le gustaba alardear de conocimientos jurídicos con un vocabulario adquirido a fuerza de escuchar a los profesionales que frecuentaba, hecho que todos tomaban en broma.

Entonces – dijo el cordobés Rubén Rea, DT del “Villa Marconi Futbol Club”, agitando el reglamento de la liga de futbol independiente de Escobar –.

“Tengo una estrategia que nos sacara campeones”

                                   ***

          2-   EL PLAN

                   

Cuando “el Cordobés” comenzó a explicar su estrategia utilizando un palito para dibujar y el piso de tierra a modo de pizarrón, el primero que se opuso fue Miguel Yorio:

No…No – dijo – Eso es una boludezya estoy grande para esas cosas…dejame de joder gordo.

Miguel ya rondaba los 40 y pico de años, había sido el mejor Nro. 5 de la zona, protagonista de verdaderas batallas deportivas, cuando digo batallas me refiero a partidos durísimos, donde además de habilidad, la pierna fuerte era primordial para torcer un resultado, y Miguel era en ese sentido, una especie de Leónidas, el héroe de Las Termopilas y aunque podría decirse que en esta etapa era casi un ex jugador, conservaba ese espíritu aguerrido de su juventud y su personalidad seguía imponiendo respeto en un campo de juego.

Ante esta negativa, “El Cordobés” decidió no discutir y se dedico a buscar apoyo en los más jóvenes, que aunque el plan les parecía algo extraño y les causaba risa, no se atrevían a negarse temiendo perder su puesto en primera.

Pero…a quien debían enfrentar..?

                               ***

3-    EL EQUIPO RIVAL

Si bien la Liga Escobarense de Futbol era bastante pareja competitivamente, el equipo rival era realmente muy bueno.

Contaba en su plantel con el más grande jugador que hubo por esta zona.

Edgardo “El Papero” Montani.

Tenía un juego elegante, una gambeta indescifrable, un tiro impecable desde media distancia, siendo además corajudo para entrar al área y  una altura importante – tenia condiciones para jugar profesionalmente en cualquier equipo de primera división – aptitudes que lo convertían en un peligro extraordinario para cualquier defensa.

Contaba además con un “compadre” de juego que era un verdadero crack, un tipo que leía el juego como nadie, con una gran habilidad para la gambeta, que hacia la pausa necesaria y metía pases filtrados con una precisión extraordinaria, le decían CASTAÑO, era el compañero ideal.

El nombre del club rival “LA VICTORIA

Un equipo realmente temible.

                                      ***

  4-  LA HINCHADA TAMBIEN JUEGA

 

El Cordobés estaba en todos los detalles, visitaba casa por casa,  a todos los vecinos, explicando su estrategia y alentándolos a acompañar al equipo en esa final de campeonato.

Su simpatía natural sumado a la  impronta del humor  cordobés, lograron que todos los vecinos, aunque no estuvieran convencidos del plan, y pensaran que estaba medio loco, aceptaran ayudar al equipo.

“La hinchada también juega…” era el lema.

***

5 –     LA SEGURIDAD   

Teniendo en cuenta que el partido podría presentar algún problema entre las hinchadas, por sugerencia del cordobés, se decidió contratar a “Pocholo” (un personaje muy conocido en el Pueblo) que si bien no era policía, siendo empleado del Destacamento de la Policía Caminera, instalada hacia poco tiempo en Escobar, usaba un uniforme que imponía algún grado de autoridad, además la gente por aquellos años no presentaba el  grado de violencia de la actualidad.

***

5 – LA CHARLA PREVIA

 

La convocatoria de “Odorono” para integrar el plantel provocó, en principio, una reacción en contrario.

No…No…“Odorono” no – se quejaron los jugadores.

Este muchacho hacia realmente “honor” a su sobrenombre, pues transpiraba como nadie la camiseta y despedía un olor insoportable.

Sufría terriblemente el rechazo y la discriminación, adjetivos calificativos y frases como: “báñate mugriento” “Sucio”,  “apestoso” “rajá de acá roñoso”, y muchos más, eran común de escuchar en cada partido.

Tenía un importante problema con sus glándulas sudoríparas, y aquello que en la antigüedad hubiera sido un atractivo sexual, lo convertían en esta época, en alguien socialmente rechazado.

“Odorono” es parte del Plan – dijo El Cordobés – y les explicó cuál sería la tarea de este jugador.

La idea era fastidiar a “Castaño” el compadre del “Papero”, el hombre que le daba ese toque preciso que el extraordinario crack necesitaba para humillar a cualquier rival cuando la pelota le llegaba más o menos limpia.

Que hago..? – pregunto “Odorono

No quiero que le pegues una sola patada, nada de infracciones, solo tenes que abrazarlo, encimarlo, acariciarlo, besarlo, (carcajadas de todos los muchachos) hacerle sentir el olor de tu camiseta, en una palabra, que se enoje y no pueda pensar claramente en el juego… Me entendes..?

SI…si – contesto tímidamente el jugador.

Ah…otra cosa muy importante che… no te bañes eh..?

La puta que te pario – Murmuro “Odorono”.

Lo siguiente será enfriar el partido…si salimos a jugarle de igual a igual estamos fritos…

Vos Miguel ya sabes lo que hay que hacer..!

Si Cordobés – contesto Miguel – con cierto desgano.

Y  vos “Ruso” (el arquero) ya tenes las instrucciones con Néstor (el Nro. 9), los demás pierna fuerte y mantenerse los más lejos posible  de nuestro arco.

Y llegado el momento…recuerden el plan secreto.

****

El Partido

El partido, como era de prever, comenzó con “La Victoria” al ataque, decididos a terminar goleando de entrada y llevarse la copa.

A los 4 minutos “El  Papero” reventó un tiro en el travesaño desde casi 30 mts.

Seguido a este otro disparo paso rozando el poste, cuando el arquero  estaba sin chance.

8´, El Papero recibe un pase de Castaño y dispara violentamente sobre el travesaño.

El Crack estaba intratable, la goleada parecía inevitable

Odorono…Odorono – gritaba “El Cordobés”  – que te dije…que te dije…?

A los dos minutos Castaño – recaliente –“Deja de abrazarme sucio hijo de puta….”

El referee le llama la atención – “La boca Sr. Castaño” o tendré que amonestarlo.

Porque no venís a olerlo vos…pelotudo – contesto el jugador.

Tarjeta Amarilla para Castaño.

Bien ahí Odorono…sin foul…sin foul – dijo El Cordobés.

 

Enfriar el partido – había indicado El Cordobés – y Miguel cumplía con su parte  “acalambrándose” cada 10 minutos, ante lo cual El Cordobés corría a asistirlo con la Bota de cuero, en la que según decían, no contenía precisamente  agua (algo que no se ha podido comprobar oficialmente).

Además, cada tanto sonaba un silbato que confundía a los jugadores y al mismo referee, especialmente cuando “La Victoria” atacaba.

Pocholo se ponía como loco cuando sonaba el silbato, puteaba y recorría todo el predio tratando de descubrir al autor de esa picardía,

Lo cual provocaba la risa de todos.

Con un Castaño nervioso y enojado, y el equipo de Villa Marconi totalmente replegado en defensa, el primer tiempo termino cero a cero.

***

    2do. tiempo

“El Cordobés” dispuso que tres hombres de manera escalonada marcaran a “El Papero” – sin  cometer faltas – insistió, ya que este era casi infalible en los tiros libres.

“Odorono” debía seguir fastidiando cada vez más a Castaño, para lograr que su enojo no le permitiera leer con claridad el juego y evitar las asistencias al crack.

Sin faltas” – había recomendado El Cordobés– pero “El Papero” era tan hábil que las provocaba, logrando que el referee “comprara” y marcara tiro libre.

Dos tiros en los palos y otro que milagrosamente saco al córner El Ruso Stutz, mantuvieron el cero a cero.

 

(Hoy, pasado tanto tiempo de ese partido, desde la óptica que puedo tener en esta etapa de mi edad, me resulta conmovedor recordar el esfuerzo casi sobrehumano de aquellos jugadores del Villa Marconi Futbol Club.

 Realmente me emociona revivir el sacrificio de Palomo Dibenedetto, yendo y viniendo, resoplando por el lateral derecho, intentando detener el avance del Wing Izquierdo o pasando al ataque con la pelota siempre “semidominada”, porque no era un exquisito controlando la Nro. 5, pero ponía tanto empeño que dejaba el alma por defender la camiseta, por lo cual, su puesto era intocable.

O el suspenso que generaba “Tapón Canale”, que siendo marcador central, salía jugando y pisando la pelota desde el área chica, provocando angustias y hasta taquicardias en los hinchas,  fiel a las convicciones de toda su vida deportiva, defender  el “Jogo Bonito”.

Podría enumerar a todos los jugadores y de cada uno resaltar actitudes únicas e irrepetibles.

Estas apreciaciones, puedo hacerlas hoy, a mis años y con esa nostalgia tanguera que suele visitarme, pero entonces todo era risas, aplausos, puteadas, angustias y alegrías entremezcladas con los avatares del juego.)

 Con “Los calambres” de Miguel, el misterioso pito que cada tanto interrumpía el juego, un Castaño enojadísimo con Odorono y bastante suerte, llega el minuto 87.

Con el Villa Marconi Futbol Club totalmente replegado, con “La Victoria“ íntegramente al ataque, El Ruso Stutz corta un centro al área y la arroja hacia Néstor Beliera, que siguiendo las instrucciones del Cordobés, se había quedado solito  en el centro de la cancha.

Contuvimos el aliento.

Tendría razón el cordobés con su estrategia..?

La hinchada también juega – Había repetido muchas veces.

La pelota parecía “volar” en cámara lenta, y en el preciso instante que Néstor la “duerme” sobre su muslo derecho y la deja deslizar “mansita” hacia su empeine, estallo un coro increíble que paralizó el estadio, era tan insólito, disparatado e inusual que algo así se escuchara en una cancha, que ni al gran Carlos Bilardo, se le hubiera ocurrido jamás.

Desde los techos de los camiones, desde los arboles repletos de pibes, adolescentes y muchachones (entre los que me contaba) y desde todos los lados de la cancha, atronó el coro más divertido e inesperado, nadie podía creer lo que estaba escuchando.

“Arroz con leche me quiero casar

Con una señorita de San Nicolás…”

Sonaba cada vez más fuerte y divertido, todo el mundo cantando mientras los jugadores del Villa Marconi Futbol Club tomándose de las manos hacia una ronda alrededor de Néstor.

“Que sepa tejer….Que sepa bordar…”

Los jugadores rivales estaban paralizados por la sorpresa.

Que boludez” se escucho decir y algunos hasta esbozaron alguna sonrisa burlona,  en realidad era algo grotesco, hasta ridículo ver a esos hombres grandes en edad, sucios y hasta excedidos de peso, tomados de la mano con pibes jóvenes, haciendo una ronda y cantando el arroz con leche.

Parecía una boludez, como había dicho Miguel, quien cagándose de risa, se sumo a la ronda (lo cual  daría la razón a quienes sostienen que en la bota del aguatero no había precisamente agua).

“..Que sepa abrir la puerta para ir a jugar…”

Parecía una boludez, pero cuando reaccionaron, era demasiado tarde, porque aquella ronda redonda, giraba y avanzaba hacia el arco.

Al llegar a la mitad del campo rival, la ronda se abrió como un abanico y Néstor, pícaro, habilidoso y veloz, adelanto la pelota y ya fue imposible alcanzarlo.

Al pisar la media luna del área, hizo algo que hacia maravillosamente bien.

Le metió un puntazo y la clavo en un rincón.

  GOL… Gol…GolGOL…!!!

La red no se había desinflado del pelotazo cuando la cancha ya estaba invadida por “la hinchada que también jugaba” y mientras Néstor era llevado en andas entre aplausos, risas, puteadas e insultos, los delegados discutían  con el referee.

Tenes que anularlo – reclamaba el representante de La Victoria.

El Cordobés agitaba el reglamento.

Está prohibido  cantar el Arroz con Leche? NO

Está prohibido hacer una simple ronda?  NO

La tocaron con la mano? NO

 Pegarle de punta y clavarla en un rincón…Esta prohibido?  NO

Entonces es GOL…- Dijo El Cordobés y salió corriendo a festejar.

La presencia de Pocholo, que como quedo dicho no era policía, su uniforme ayudo a detener el gran quilombo que estaba por armarse.

Los escasos minutos que faltaban y el total desorden en el  campo de juego, impulsaron a que Alonso, el referee, diera por finalizado el encuentro.

Por supuesto que no hubo vuelta olímpica, pero la copa viajo hacia  nuestro barrio.

Camino del cementerio 

Previendo una emboscada en el camino de regreso, decidimos volver por el camino del cementerio que por entonces era de tierra y aquel verano mas polvoriento que nunca….

                       ***

      * La frase inolvidable *

(En ese viaje ocurrió algo que jamás he podido olvidar, para no alterar el orden del relato y por lo trascendente del hecho, lo dejare para el final.)

La llegada al barrio con la Copa ganada fue apoteótica, los vecinos más viejos que no fueron a la cancha, salían a abrazarse con todos, y mientras llegaban los rezagados (que habían sido cascoteados por el camino) comenzó un festejo inolvidable.

En pleno festejo, con todos los vecinos y los jugadores en medio de la calle bailando y cantando, (ya era de noche) vimos llegar a un tipo en bicicleta que hacía sonar un silbato de referee, era POCHOLO.

En ese  instante descubrimos que aquel silbato que interrumpía el partido, era accionado por este y ahora  venía a cobrar lo prometido por el cordobés, que era llevado en andas al tiempo que todos cantábamos el arroz con leche.

Una locura contagiosa.

Solamente  dos veces vi a mi barrio tan feliz, aquella tarde del partido… y cuando regreso Perón.

***

 *  La frase inolvidable *

El rastrojero de “Tachi Guzmán” venia tan cargado con  los hinchas que pudimos subir llevando la copa que avanzaba como tosiendo por la polvorienta calle, al llegar a la bajadita que por entonces tenía el camino, tomó algo de velocidad.

Fue cuando vimos que por el medio de la calle iba alguien descalzo y con los botines de futbol colgados del cuello.

Era “El Papero” rumbo a su casa.

La velocidad del rastrojero aumentaba y la polvareda también, cuando pasamos junto a él, se escucho…

”Che Papero…Te gusta el Arroz con Leche..?

Un coro de carcajadas resonó en el lugar.

(Hoy pienso que fuimos tremendamente irrespetuosos con ese extraordinario jugador y mejor persona.

Somos muchos los que disfrutamos la belleza de su juego y  opinamos que Escobar le debe una estatua al mejor jugador de la historia futbolística de la Zona).

 Pero en aquella etapa de nuestra edad, ganarle un partido a semejante equipo y a tan brillante jugador, era para festejar largamente.

En ese momento fue que el crack, sin perder la compostura, con ese aplomo que le dieron los años y la calle, se paro en medio del  camino y mientras la polvareda se disipaba dejando ver su inconfundible figura, dijo algo que a pesar de los años transcurridos, sigue repicando en mis oídos  como un eco lejano…

Haciendo bocina con las manos para ser escuchado mejor, lanzo la frase inolvidable…

 ¡ LA PUTA QUE LOS PARIOOOOOOO!!!

 

FIN

JUAN CARLOS VILLALBA 12/6/2022

 

Noticias relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Close