COLUMNA DE OPINION

¿Qué Habla Tu Silencio?

Por Claudio Valerio

 

Todos sabemos que las palabras, una palabra, puede alegrar, puede sanar y, también, puede causar dolor; todos, quien más y quien menos, lo vivimos a diario.

Las palabras pueden recargar el espíritu de una persona y tienen el poderío de generar altas frecuencias y emociones. Ellas pueden enamorar, o bien destruir, como también pueden generar odio.

Las palabras muestran quién queremos ser, mientras que nuestras acciones demuestran quienes en verdad somos.

Un joven, dirigiéndose al sacerdote dijo: «Yo jamás avergoncé al Señor con mis palabras» A lo que el clérigo le preguntó: «¿Y con su silencio?».

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Cuando nuestra boca profiere palabras desalentadoras, tontas, inmorales y no dignas de una buena persona, avergonzamos a quienes nos inculcaron valores morales y sociales. Y cuando nada hablamos y dejamos de ser agradecidos, también los avergonzamos… Si hablamos y no platicamos, no demostramos, cometemos un gran error. Si no hablo y no platico, de la misma manera lo hago.

Nunca es tarde para reconocer un error, cerrar un capitulo y dar paso a un nuevo inicio.  Hay que recordar que a veces es necesario caer, para ver quien está con uno, en las buenas y en las malas. En algunas ocasiones es necesario sentirnos tristes para experimentar la alegría, sentir ruido para apreciar el silencio y extrañar a alguien para valorar su presencia…

¿Hemos podido aprovechar todas las oportunidades de la vida para proclamar las buenas nuevas, las buenas vibraciones a los parientes y amigos? ¿Cómo hemos usado nuestro tiempo para obrar en nuestras vidas?

¿Hemos ofrecido palabras de ánimo, de esperanza, de confianza y de alegría a todos que enfrentan momentos de angustia y frustración? ¿Hemos testificado de las muchas grandes cosas que recibimos diariamente? ¿Agrademos por las maravillas de la naturaleza y del amor? ¿Hablando o agradeciendo en silencio demostramos esas maravillas?

Engrandezcamos nuestro nombre hablando y no agradeciendo en silencio.

 

Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires) recibe un abrazo, y mi deseo que la vida te sonría y permita que prosperes en todo, y derrame sobre ti mucha Salud, Prosperidad, Amor y Paz.

Claudio Valerio

® Valerius

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