
OPERACIÓN GEORGIAS
Se trata de “comprender”. No solo lo que realmente pasó en las Islas es únicamente conocer más. Georgias, sino también la historia de un grupo de hombres que llevo adelante una de las misiones más arriesgadas y profesionales de la guerra. Una proeza que lamentablemente nunca fue muy difundida. Hasta hoy.
Lo ocurrido en Georgias fue objeto de mucha tergiversación. Mucho «mito». Cuestiones políticas, ocultaron y empañaron lo allí ocurrido.
Mucho ha costado a los Sres. Veteranos y sus familias -cuyo testimonio ahora conoceremos- remover sus recuerdos, sus pesares, sus pérdidas… Por eso desde ya agradecemos y reconocemos el esfuerzo que han hecho, sin otra motivación que no sea difundir la Gesta de Malvinas.
Si bien el relato se asemeja mucho a una excelente película de guerra, sepan que detrás de cada protagonista hay una historia de vida… una historia que llega hasta nuestros días. Heridas físicas y heridas del alma, que no terminan de cicatrizar.
Por eso, como mencione al principio, espero que estas notas te ayuden a “comprender” un poco más.
A los Bravos de Malvinas.
A los Bravos de Georgias.
La partida.
La corbeta ARA. Guerrico se encontraba en dique seco en Puerto Belgrano en recorrida periódica. Ante la grave evolución de la crisis Malvinas, el Comando de la Armada le ordenó hacerse a la mar para transportar Infantes de Marina a las Georgias, lugar donde se iniciaba la crisis.
“A mediados del mes de Marzo, la corbeta, ingresa a dique seco en la Base Naval Puerto Belgrano con la finalidad de realizar reparaciones generales, para este hecho, es retirado todo el combustible, agua dulce, munición y víveres de la unidad, una vez en dique, se desembarcan las balsas salvavidas y comienzan los desarmes para mandar los distintos elementos a reparar en talleres generales, se trabaja sobre los motores principales, generadores, tuberías de incendio, de agua de servicios generales, armamento en general, ventiladores, tableros eléctricos, etc., etc., etc. Es decir, un desarme bastante importante.”
Continúa el VGM Herrera:
“Los días se suceden unos tras otros rápidamente, la tripulación atareada a las reparaciones generales comienza a notar aproximadamente el día 23 de marzo un gran movimiento de hombres, vehículos anfibios, camiones y armamentos en la Base Naval, para esto se recibe la orden de comenzar a armar todo lo que se había desarmado, sin comprender el porqué de la orden, la misma se comienza a cumplir sin objeciones.
Se trabaja día y noche, ya fuera de dique seco, se carga nuevamente víveres, combustible, aceites, agua, municiones…, llega así el día 29 de marzo, los buques de la Armada Argentina zarpaban de su base principal en puerto Belgrano y se hacían a la mar.”
Entonces se embarcan a los 40 infantes del Teniente de Navío de Infantería de Marina Luna, acomodándolos precariamente en un buque sin capacidad para el transporte de tropas y zarpa el 28 de marzo rumbo a Grytviken-Georgias.
Al respecto nos cuenta el VGM Herrera:
“El destino era incierto y las hipótesis de conflicto dentro de la dotación eran más de una.
Las unidades navales se habían estado preparando durante varios días y su último cargamento, fue el más valioso… hombres, hombres con su equipo de combate completo.
Después de varias horas de navegación, se informa por los difusores de órdenes, cuál sería nuestra misión… Grande fue la sorpresa, el júbilo, la incertidumbre y la ansiedad que nos embargo a todos, más que nada pensando en recuperar parte de nuestro territorio. La orden era recuperar Malvinas y Georgias del Sur.”
La cadena de mandos era la siguiente: Comandante de la Agrupación Naval Antártica: El Capitán de Navío Cesar Trombetta actuando como jefe de estado mayor, del Grupo de Tareas a cargo del Capitán de Fragata Luis J. Prado, a bordo del “Bahía Paraíso” cuyo comando lo ejercía el Capitán de Fragata Jorge I. García.
El viaje.
Prosigue el VGM Herrera:
“Aparte de la dotación normal, en nuestro caso, embarcamos un grupo de aproximadamente 40 Infantes de Marina con equipo completo a cargo del entonces teniente Luna, dada la poca habitabilidad de la Corbeta, estos son ubicados en distintos sollados (dormitorios) durmiendo en el piso.
Mientras se desarrollaba la navegación, se seguía trabajando en los distintos sistemas y en la calibración de estos, el trabajo era constante.”
“El estado de mar no nos favorece ya que navegamos hacia la zona sur con un fuerte temporal, esto juega en contra del grupo de Infantes, ya que los mismos no están acostumbrados al movimiento de la unidad (cabeceo y rolido), para que se den una idea este movimiento lleva a descomponer a la persona sin poder probar alimento alguno, ya que, si lo ingiere, es normal que lo devuelva.”
Así la Corbeta Guerrico, al mando del Capitán de Fragata Carlos L. ALFONSO, con su tripulación y el grupo de Infantería de Marina del BIM-1 –sección de tiradores- bajo el mando del teniente de Navío IM Guillermo LUNA, buscaba reunirse con el Buque Polar “Bahía Paraíso” para conformar el Grupo de Tareas.
A su vez el Buque Polar transportaba dos helicópteros: un Alouette III de la Aviación Naval y un Puma del Ejército.
La llegada.
Finalmente, y luego de navegar varios días en el peor de los temporales, y merced a la profesionalidad y empeño de la tripulación, la Corbeta arriba a las proximidades de la Isla San Pedro (Georgias). El clima adverso había postergado un día la llegada. Las Islas Malvinas ya se hallaban bajo el control de tropas argentinas. Obviamente los Royal Marines británicos en Georgias estaban alertados.
Era el amanecer del sábado 3 de abril, cuando la corbeta Guerrico se reúne aprovechando la oscuridad con el Buque Polar Bahía Paraíso y se realiza el trasbordo de la Compañía “Alfa” de infantes de marina hacia este último.
Ya en horas de la mañana, la corbeta Guerrico se halla frente a Grytviken (Caleta Cap. Vago). El helicóptero Puma del Ejercito, piloteado por los teniente Primero (Ejercito) Eduardo López Leguizamón y Juan Carlos Villagra, realiza un sobrevuelo sin detectar nada anormal.
El comandante del Grupo de Tareas efectúa una comunicación radial con la Base Científica de Grytviken, recibiendo una escueta respuesta en el sentido de que no habría resistencia.
El operador británico “omite” mencionar la presencia de los Royal Marines.
Relata el Capitán de Navío IM (R) Jorge Errecaborde:
“El objetivo a alcanzar era la zona de King Edward Point, sede de las autoridades británicas, próxima a Grytviken. Específicamente el enorme edificio de Shackleton House ubicado en una altura.”
Se decide entonces -poco antes de mediodía- iniciar el Heli-Desembarco. Guiados por el Alouette III (3-H-110), tripulado por el teniente de Navío Remo BUSSON, el teniente de Corbeta Guillermo GUERRA y el Suboficial Segundo Julio GATTI y transportados en el Puma, el TN Luna y 14 infantes son desembarcados sin novedad.
Cuando el Helicóptero toca tierra, entre 5 y 6 personas desarmadas se aproximan. Dicen ser científicos. Conversan con el grupo y se retiran. Los infantes permanecen en posición aguardando la llegada de la segunda ola, con su armamento y una ametralladora…
El combate.
Cuando el helicóptero Puma regresa con la segunda fracción de infantes, al mando del teniente de Corbeta GIUSTI, es atacado sorpresivamente por una fracción de Royal Marines, que habían permanecido ocultos tras una lomada del terreno.
Como resultado del ataque fallecen los Conscriptos IM Mario ALMONACID y Jorge AGUILA, y otros efectivos resultan heridos.
El Helicóptero Puma, averiado y sin posibilidades, merced a la pericia de los pilotos, logra aterrizar y bajar al resto de los infantes, aunque no pudo hacerlo en el punto acordado.
Inclusive los pilotos del ejercito teniente Primero Eduardo LOPEZ LEGUIZAMON y teniente Primero Juan Carlos VILLAGRA abandonan la nave y se suman valerosamente a la fracción de infantes de marina, para el combate.
También logra hacerlo el TC. GUERRA quien sale del Alouette y se une al grupo arma en mano.
Finalmente, el helicóptero Alouette, armado únicamente con una ametralladora MAG sin afuste, repele el fuego y logra evadirse de la lluvia de balas, en busca de refuerzos.
Por tanto, el primer grupo de infantes había quedado bajo fuego enemigo, con escasa cobertura. Mientras el TN LUNA solicitaba que le envíen morteros, en la corbeta se evaluaba la situación.
Con el único helicóptero apto para la misión destruido y el primer grupo de infantes destinado a una muerte segura se adoptan dos decisiones.
Completar el heli-desembarco con el helicóptero Alouette III (no apto para tal fin).
Ingresar con la corbeta Guerrico a la caleta y ofrecerse de “blanco», para desviar el fuego enemigo.
Así se hizo…
El Teniente de Navío AE Remo BUSSON piloteando el Alouette III, quizás en el vuelo más arriesgado que haya protagonizado un helicóptero de esa clase durante la guerra , sin otro apoyo aéreo, ni armamento apto, logro sobrevolar las posiciones, bajo ataque enemigo, desembarcando la última fracción (de a dos infantes), acompañando en cada vuelo el avance de los infantes y finalmente con el Teniente de Navío IM Alfredo ASTIZ al comando de los restantes infantes de marina logra evacuar las bajas y heridos. Inclusive cumplió la función de observador avanzado para la corbeta Guerrico.
Simultáneamente, en otra heroica acción, la corbeta Guerrico navegaba rumbo al interior de la Caleta y entraba en combate.
Nada mejor que lo narre directamente alguien que estuvo allí. Nos cuenta el VGM Herrera…
“La Corbeta GUERRICO que estaba en espera dentro de la bahía hace su ingreso hacia Grytviken y se ofrece de blanco para desviar el ataque enemigo y atraerlo hacia la unidad.
Es aquí cuando el montaje de 100mm de proa presenta una avería quedando fuera de servicio, un cañón de 40 mm con un tubo fuera de servicio, una ametralladora de 20mm con problemas en la uña extractora.
La corbeta se retira de la zona de combate y una vez reparado uno de los cañones, hace su ingreso hacia puerto Grytviken efectuando fuego con un cañón de 40 mm.”
Agrega el Capitán Errecaborde:
“El enemigo dirige entonces sus fuegos sobre el Buque, el que recibe un intenso castigo, incluyendo impactos de un lanzacohetes de 89 Mm. Carl Gustav…”
Durante estas acciones fallece – por heridas recibidas de una granada antitanque que detona sobre la corbeta o por metralla- el Cabo Primero de Mar Patricio GUANCA mientras operaba el cañón de popa.
El Cabo Principal Artillero Francisco SOLANO PAEZ, permanece reparando su pieza de artillería aún bajo fuego.
Durante el combate también resultan heridos el Guardiamarina Ricardo PINGITORE y el Cabo Luis MONZON. El propio comandante dirigió la operación bajo fuego enemigo.
(Del lado británico, el teniente Mills, a cargo de los Royal Marines asegura que abrió fuego a una distancia de 500 mts. aprox.)
En ese momento, la corbeta ARA Guerrico, primer buque de la Armada en entrar en combate, era un “blanco móvil” que seguía luchando sin tregua para apoyar y cubrir a los infantes en la costa, ya contaba con más de 200 impactos en su casco, puente, un muerto y heridos, armas averiadas o sin funcionar… Pero nadie pensaba en retirarse.
Y el esfuerzo tuvo su resultado.
Minutos después, los Royal Marines se rendían. Desplegando trapos blancos hacían saber a los marinos que el combate había terminado.