Malvinas: Ellos lo desconocían totalmente
No sabían que un 28 de marzo zarparían a Puerto Argentino para comenzar lo que sería una guerra entre Argentina e Inglaterra. Estos jóvenes serían participes de Malvinas, la guerra de Malvinas. La esperanza de recuperar parte legítima del territorio argentino que había sido expropiada.
ARA “HERCULES” fue uno de los destructores misilísticos que tuvo como misión proteger la zona marítima malvinense de toda amenaza inglesa. A su vez, se ocupaba de defender antiaéreamente al portaaviones ARA “25 de mayo”. Dentro de ahí se encontraría un joven marino argentino llamado Raúl Eceiza. Él, junto al comando y los oficiales, más toda la Fuerza Armada de la República Argentina, participarían en las acciones de recuperación de las Islas.
Antes de zarpar, ese 28 de marzo, Raúl contó que: “El ambiente en Puerto Belgrano era incierto. Nadie sabía que ocurría en verdad, solo unos pocos oficiales de alto rango de la Armada. Intuían que algo pasaba debido que hacía cuatro días que la base estaba revuelta. La gente iba de un lado para el otro, cargando suministros, armamento, municiones, combustible, y demás. Mecánicos haciendo reparaciones y puestas a punto de último momento”. Todo ese arduo trabajo terminaría para luego zarpar a las 10.30 con destino a Malvinas, aunque ellos todavía no lo sabían. El barco estaría más de 70 días en Alta Mar.
Recién el 1° de abril, cuando se izó la bandera en el “HERCULES”, el comandante Enrique Molina Pico reunió a todos en la cubierta de vuelo del helicóptero y le informó al comando lo que sucedía, cuál iba a ser el propósito y con una arenga, que hasta hoy recuerda Eceiza, les dijo: ‘Estamos preparados. Si bien los ingleses tienen una historia de navegación muy amplia, nosotros estamos a la altura para vencerlos y recuperar las Islas’.
Iba avanzando la guerra y el destructor ARA “HERCULES” continuaba patrullando las costas y custodiando al portaaviones.
Los primeros días de mayo, el grupo conjunto del “25 de mayo” se aproximó a la marina inglesa, detectándola gracias a su comando de aviación de exploración. Una vez organizado, la armada de dispuso a atacar, pero sucedió un hecho inédito en el Atlántico Sur. Malvinas está alojada en una zona de vientos fuertes y temperaturas muy bajas, pero particularmente ese día los aparatos técnicos arrojaban “Viento 0”. Debido a esto, no estaban dadas las condiciones climáticas para que los aviones, que necesitaban la ayuda del viento, pudieran despegar. La batalla aeronaval nunca sucedió. Si hubiese sucedido “por ahí hoy no estaríamos aquí”, explicó Eceiza.
El “HERCULES” siguió cumpliendo sus tareas por un mes y medio. La guerra de Malvinas culminaría el 14 de junio de 1982 cuando el general Menéndez oficializaría la rendición por parte de Argentina.
Anécdotas de un combatiente
El barco de día navegaba y de noche se apostaba en puertos naturales del Atlántico. Utilizaban el poco caudal de agua que había durante baja mar para estar protegidos contra los submarinos ingleses, haciéndolos imposible navegar esas aguas.
Una tarde el portaaviones “25 de mayo” decidió pasar la noche en uno de esos puertos naturales, pero esta vez un submarino ingles lo venía persiguiendo y tenía la autorización de atacarlo; esperar a que saliera al otro día del puesto y destruirlos.
Sin saber de esto, en vez de salir nuevamente por el mismo lugar como comúnmente el portaaviones lo hacía, decidieron salir por otro lado salvándose de casualidad de una inminente baja a manos de la armada inglesa.
El “HERCULES” pasó por otro hecho particular. Navegaban por las costas malvinenses y de repente se elevaron unos centímetros sobre el nivel del mar. Llegaron a la conclusión de que un submarino había rozado el casco del barco, pero increíblemente este último no lo tonó o confundió al barco con otra cosa.
Tiempo después la tripulación se enteró que, en Gran Bretaña, un submarino había entrado en reparaciones debido a que tenía una avería en su parte superior.
Realizado por Julián Eceiza
