COLUMNA DE OPINION

 ¿Qué hacer cuando la vida nos pone a prueba?

Por: Claudio Valerio

En un soleado día de verano, un joven se hizo de un pequeño barco de madera y, contento, se dirigió al lago para probarlo. Sin percatarse de ello, e impulsado por un ligero viento, el botecito fue más allá del alcance del chiquillo. Al darse cuenta de esta situación, triste corrió a pedir ayuda a un muchacho mayor que él que se hallaba cerca, para que le ayudara en su apuro.

El muchacho, sin decir palabra alguna, empezó a recoger piedras y, al parecer, a echarlas en contra del barquito; el pequeño pensó que nunca tendría su bote y que el muchacho se estaba burlando de él… Pero, después de observar, se dio cuenta de que con cada piedra arrojada, el bote se iba desplazando un poco más allá porque, con el impacto de la piedra con el agua, se originaba una pequeña ola que hacia retroceder el barco hasta la orilla. Cada piedra arrojada, estaba calculada para ése fin… El juguete llegó al alcance del pequeño niño que, lógicamente, quedó agradecido y contento al tomar nuevamente posesión de su pequeño tesoro.

¡Que maravilloso es el ser humano!… Nosotros, al nacer, estamos muy lejos de la naturaleza divina y hemos sido formados como una obra de Nuestro Dios. Y es justamente por esto que debemos alegrarnos cuando vienen las pruebas en nuestras vidas. Porque, a veces, nos ocurren cosas en nuestra vida que parecen a primera vista desagradables, nos parece que nos hunde; se presentan sin sentido ni plan. Pero, si esperamos y tenemos confianza en la Divina Providencia, nos daremos cuenta de que cada prueba, es como una piedra arrojada sobre las aguas de nuestra vida, que nos trae más cerca de nuestro objetivo y, de esta manera, tendremos la oportunidad de alcanzar la naturaleza divina.

A la vida la podríamos ver como un laberinto, con muchos caminos por tomar y a riesgo de que el camino que elijamos nos puede hacer estrellar contra las paredes cuando las circunstancias son difíciles… Tomemos una actitud positiva y dejemos de angustiarnos, preocuparnos o renegar de los problemas. Las pruebas no tienen el propósito de hacer nuestra vida difícil y triste. Ellas nos sirven para poder escuchar cuál es la voluntad de Dios hacia nosotros en este momento y mostrarnos algo que debemos aprender de esa situación.

Las pruebas nos revelan cómo es nuestra naturaleza y nos ayudan a ver que exigencias tenemos con los demás… ¿Somos impacientes o bien ingratos? Todo se manifiesta.

Las pruebas nos sirven para que podamos reconocer la verdad y llegar a ser felices y libres; ellas no tienen el propósito de hacer nuestra vida difícil y triste. Recordemos que Dios nos plantea situaciones en nuestra vida de manera que podamos ver lo que no está bueno en nosotros; lo que necesitamos purificar.

Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes en todo, y que derrame sobre ti, mucha Salud, Paz, Amor, y Prosperidad.

*Claudio Valerio *

®. Valerius

 

Noticias relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Close