COLUMNA DE OPINION

El hombre que escribía demasiado rápido

Por: Juan Carlos Villalba

–¿Qué te paso Luigi..? –preguntaron los muchachos al
verlo entrar al café con las manos vendadas y dando
muestras de dolor, además de llevar los anteojos ahumados,
algo inusual en el.
–Nada… Nada –contestó y se sentó en la mesa del fondo.
Era evidente que había tenido algún tipo de accidente del
que no quería hablar.
–Ustedes saben cómo es Luigi –contestó la madre,
cuando los amigos, preocupados, se acercaron a
preguntarle–. No es la primera vez que le sucede, solo que
esta vez se le prendieron fuego todos los papeles y casi
incendia la casa; y no hay forma de hacerle utilizar la
máquina de escribir.

–¿Pero… eso que tiene que ver…?

–Cuando tiene una idea, se pone frenético, escribe sin
parar, no come, no duerme… y solo escribe con lápiz…

–Sigo sin entender…
La mujer que había sido docente hasta su jubilación, no
pudo con el genio y preguntó:
–¿Ustedes saben cómo descubrieron el fuego en la
prehistoria…?
–Creo que si… dicen que un tipo estaba boludeando con
dos palitos y de pronto…
–Exacto –interrumpió la mujer– hace 1.600.000 años
–¿Y…? –preguntaron los muchachos
–Y… es que Luigi, escribe tan rápido –continuó– que el
lápiz se recalienta, y, obviamente, lo hace sobre papel… Si a
eso le sumamos lo agitado de su respiración… conclusión…
termina prendiéndose fuego… y eso es lo que sucedió… se le
incendio el escritorio y, al intentar apagarlo, se quemaron
hasta las pestañas.

Luigi había escrito varios libros (cuentos, novelas, obras
de teatro, ensayos…de todo… y lo hacía muy bien).
Este hecho, casi rutinario en la vida de Luigi, fue
destacado en notas de publicaciones locales como “La Hoja
de Escobar”, de Ricardo Fiaschi, y “Hoy en el quehacer
escobarense”, de Enrique Deppe.
De alguna manera que desconozco, el hecho trascendió el
ámbito local y destacados periodistas nacionales llegaron
hasta Escobar a recabar información y el caso fue publicado
en los grandes medios de comunicación.
De la noche a la mañana la vida de Luigi tuvo un giro
inesperado.

Aquel muchacho simple, de vida tranquila y rutinaria se
vio convertido en «El hombre que escribía demasiado
rápido», según los titulares de los diarios y al que todos
querían conocer.
Lo mismo sucedió con toda la comunidad que asombrada
por la trascendencia, vio en Luigi una especie de héroe local y
su caso era el tema dominante en toda conversación, máxime
cuando medios internacionales, notificados del caso,
enviaron reporteros a graficar el hecho.
Junto a esos visitantes inesperados, llegaron miembros
del prestigioso Pencil Written Speed Institute, con sede en
Londres, quienes, una vez corroborado el hecho, le hicieron
entrega del Pencil Gold (o Lápiz de Oro), premio que se
estableció a partir de este acontecimiento.
La Fundación Faber, atenta a las repercusiones del tema,
luego de unas breves negociaciones con Luigi, lanzó a la
venta el famoso Lápiz Ignifugo, acompañado de una
importante campaña gráfica (en los afiches se veía a Luigi
escribiendo mientras sus papeles se prendían fuego y al lado
un niño lo hacía tranquilamente con el nuevo Lápiz Ignifugo
Faber).
Si bien, la campaña no resultó económicamente
beneficiosa para la empresa, ganó en prestigio y se afianzó
definitivamente en la industria.
Mientras tanto la vida de Luigi adquirió un vértigo
inesperado. Todos querían una foto con él, y las invitaciones
a asados y reuniones se sucedían continuamente.
Además del reconocimiento social y mediático, la
situación le reportó un inesperado éxito entre el público
femenino, hecho que, al decir de los muchachos, “El Luigi”
disfrutó como correspondía, historias que la hombría y
discreción de éste jamás reconocieron.
Un hecho que pinta la integridad moral de Luigi,
aconteció cuando el Honorable Concejo Deliberante, ante
una indisposición del taquígrafo oficial, lo convoca de
urgencia para registrar lo que sucedería en una Asamblea
Extraordinaria.
El trabajo de Luigi fue tan asombroso e impecable, que
dejó deslumbrados a los Ediles y autoridades presentes, pues
no solo registró lo allí expresado, sino que le agregó el tono
utilizado en cada exposición (sarcástico, solemne, enojado,
burlón, eufórico, despreciativo…).
Aquel trabajo tenía un valor agregado que no pasó
inadvertido para las autoridades, todos podían leer el
documento sin la intervención de un tercero.
El ofrecimiento a ocupar ese empleo fue unánime y tan
contundente como fue la negativa de Luigi, que, a pesar de
sus escasos ingresos, se negó a quitarle el trabajo a un vecino
que había desempeñado durante años esa actividad.

El paso del tiempo, la desaparición física de queridos
amigos y la llegada de nuevas tecnologías, hicieron que Luigi
fuera entrando en un ostracismo muy acentuado.
Alejado de reuniones sociales y una importante caída en
la venta de sus libros, lo fueron llevando a una situación
económica muy difícil de sostener.

Ser una persona tan querida y respetada, hicieron que el
agente inmobiliario más importante de la zona, con quien
tenía lazos afectivos de toda la vida, se hiciera cargo de
solventar cualquier gasto inherente a su subsistencia. En
agradecimiento, Luigi le obsequió el legendario “PENCIL
GOLD”, que el hombre luce orgulloso sobre su escritorio.

Las anécdotas sobre El hombre que escribía demasiado
rápido, gracias al boca a boca (como sucede en la mayoría de
los pueblos) se han agigantado, muchas verdaderas como las
que acá he comentado y otras inventadas sobre las que no
haré referencia, pero que indudablemente, han contribuido a
mantener viva la memoria de una extraordinaria parte de la
historia local.

Lejos de caer en el olvido, esta especie de leyenda
viviente que es “Luigi”, ha producido un hecho tan notable
como el que sucede en la localidad de Lobos, adonde muchos
turistas llegan deseando ver el Facón del legendario gaucho
Juan Moreira.
En Escobar es incontable la cantidad de personas que se
acercan hasta la esquina de la inmobiliaria intentando ver el
famoso Pencil Gold y recabar información sobre la vida y
obra de Luigi, «El hombre que escribía demasiado rápido».

 

Juan Carlos Villalba –Escobar – Buenos Aires – 17/10/2022

Juan Carlos Villalba es realizador cinematográfico, guionista y escritor de Cortos: “El Guapo Gominita”, “Pajarito el Loco de las Alas”, “La herencia Maldita”, “El misterio de la Valija Negra”, “Donde están los Perros”. 

Es el creador del Festival Internacional de Cine Independiente “Escobar de Película”.

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