Interés General

Yo quiero una alcaidía en Escobar y que los delincuentes vayan presos

Mientras unos 50 vecinos manifestaron su rechazo a la construcción de un establecimiento penitenciario al lado del cementerio de Belén de Escobar, la “mayoría silenciosa” ve con buen agrado que los chorros, violadores, golpeadores y asesinos vayan presos.

En primera medida, algo para decirle al vecino manifestante: “tarde piaste”. El proyecto fue anunciado por Sujarchuk a finales del año pasado y ya está en etapa de licitación. En realidad, el convenio entre el Municipio y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia se firmó en diciembre pasado y fue convalidado por voto unánime en el HCD local el último 4 de junio.

Pero hay algunos vecinos que no escuchan radio ni leen prensa escrita local porque no es cool. Quizá deberían preguntarle a la Rock & Pop porque no les avisó.

Desde el año anterior el tema estaba siendo debatido en distintos lugares de la provincia de Buenos Aires, e incluso el sector más cercano a nosotros, en un primer intento, fue en el límite entre los partidos de Tigre y Escobar.

Esa posibilidad se vio truncada NO por la protesta de vecinos de Ingeniero Maschwitz, que al igual que la protesta del pasado lunes, fueron un puñado de personas, sino por el hecho concreto de que los terrenos disponibles en la zona elegida eran inundables y por ello la Provincia no se arriesgó a comerse decenas de denuncias contra las condiciones insalubres que soportarían los reos alojados allí.

Lo cierto es que a todo el mundo le gusta ir al corso, pero nadie quiere que pase por la puerta de su casa. Todo el mundo pide una estación de servicio cerca, pero tampoco la quieren en la esquina.

No tiene sentido venir a explicar las diferencias entre una cárcel y una alcaidía, ya que todos las conocen, pero si decirles que “pequeñas alcaidías” conviven con los vecinos desde hace décadas en medio de las localidades, pero se las llaman “comisarias”. Comisarias desde donde se han escapado presos y realizado motines, con quema de colchones incluidos y toma de rehenes. Sin embargo, no se le pararon de mano al ex intendente Patti, seguramente por el temor de terminar la discusión del lado de adentro.

Ante la situación casi consumada, los vivos en tiempo de elecciones comenzaron a hacer correr la bola a través de grupos de whatsApp y Facebook y hasta realizaron una petición en la plataforma Change para exigir la relocalización de la “cárcel” que no es cárcel. Situación por la que, aunque la solicitud dirigida a Sujarchuk y Kicillof superara ampliamente las 5.000 firmas actuales, no tendría demasiado peso toda vez que no se intenta construir una cárcel en Escobar. Por lo que hasta parece improcedente el pedido. Eso sí, muy oportuno y funcional a un sector, la semana anterior a las PASO.

Si una golondrina no hace verano, olvídate que decenas y hasta varios miles de firmas no representan en absoluto a los 240.000 mil habitantes de Escobar.

Sabido es que los pueblos gobiernan a través de sus representantes, y los representantes ya se expidieron. Esto puede parecer justo o no. Pero mucho menos justo es pensar que un grupo, que sigue siendo una minoría, habla por el resto de la sociedad.

Sociedad que se ha manifestado en millones de oportunidades, al decir: “Entran por una puerta y salen por la otra”. Acá nadie queda preso”; “La culpa de la inseguridad la tiene la policía, los fiscales, los abogados defensores y los jueces, porque los dejan libres…” Cuesta entender que esta verdad absoluta se convierta en una mentira cuando nos tocan la cola a nosotros.

Por otra parte, está en juego el sentido de responsabilidad y de “hacerse cargo”. Los que están en contra ¿se preocuparon por saber la cantidad de delincuentes de Escobar que están alojados en cárceles y alcaidías de otros distritos?

Si bien el Plan de Infraestructura Penitenciaria no cuenta con la simpatía de la totalidad de los intendentes que gobiernan los lugares en los que se proyecta realizar las obras, ni, por supuesto, de los vecinos próximos a estas dependencias, lo cierto es que la construcción de alcaidías resulta más que necesaria, imprescindible.

Estos espacios servirán para descomprimir las comisarías de detenidos y sacar a los policías que los custodian a las calles. Una manera rápida y eficaz de obtener mayor cantidad de policías operativos.

Estos espacios generaran puestos de trabajo y muy a pesar de lo que algunos intentan falsear traen mayor seguridad a la zona.

Estos espacios son parte de la implementación de estrategias para la prevención del delito, la disminución de la reincidencia delictiva y la reinserción social de quienes recuperan su libertad y residen en nuestro distrito.

La alcaidía de Escobar tendrá un tamaño entre cuatro y cinco veces menor que el de una cárcel y no alojará delincuentes que cumplen condenas porque se trata de un espacio de detención transitoria.

Entiendo, sin embargo, un único fundamento real y sincero por parte de algunos vecinos que expresan abiertamente los motivos de su resistencia a la instalación de la alcaidía, y es la desvalorización de los inmuebles. Sera cuestión, entonces, de ir con un pedido real y concreto para que las autoridades consideren la posibilidad de beneficiar a esos contribuyentes, vecinos de las manzanas lindantes, con alguna reducción sustancial en el pago del impuesto inmobiliario y que la Provincia haga lo mismo con los impuestos que les corresponde.

 

 

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