Interés General

VIDAS ESCOBARENSES

“El gran problema de Escobar es el sentido de pertenencia”

Guillermo Dunel es un cineasta y escritor, nacido y criado en Escobar. Rememora un pasado que le dio identidad, mientras ve demoler casas que vio construir y asegura: “Fui y sigo siendo peronista, de los antiguos peronistas.”

Guiyo nació el de 1960.Hijo mayor del matrimonio entre Nélida Witt, ama de casa y Guillermo Dunel, ferroviario. Su padre llegó a Escobar en el año ´58. Compro 3 terrenos en el barrio El Tajamar. En uno se hizo la casa, en el siguiente vivan los abuelos de Guille y el tercero lo reservó para sus hijos. Su hermana Fabiana, cinco años menor, falleció tiempo atrás.

Junto a su familia en el 9no cumpleaños

“Crecí en un barrio donde había un zanjón que lo cortaba al medio. Era todo campo. Nosotros para jugar al fútbol corríamos a las vacas. Vimos crecer el barrio con calles de tierra, sin luz, yo no tenía luz. No tenía energía eléctrica. Hoy en día, el que viene a Escobar no pasa por eso. Arranquemos por lo básico: ¿quién se puede comprar un terreno, hoy en día? ¿quién se hace una casa? Alquilas, con lo que podes, un monoambiente, en un lugar “más o menos”. No hay lugares, ya no existe ese Escobar, nuestros viejos hicieron Escobar y nosotros también lo hicimos. Tenemos ese profundo sentido de pertenencia porque lo vimos crecer” – dice con nostalgia.

Guillermo perdió a su padre en el año 77. Su muerte lo marcó profundamente.

“Mi viejo era ferroviario. Fundador de la Cooperativa Ferroviaria. Lo tengo muy presente porque fue una bandera, y lo sigue siendo. Un ejemplo. ¿Y sabes cómo? no solamente en derecho personal. Yo me encuentro, gracias a internet, en contacto con compañeros de él, del ferrocarril, de hace más de 40 años, y seguimos la amistad que él tenía con ellos. A veces uno habla de sus padres… y bueno, es tu papá. Obviamente yo lo tengo como un ídolo. Pero falleció en una época que, por ahí, a los 16 años, vos no lo tenés tan claro. Yo decía, a lo mejor lo estaba idealizando y me di cuenta que no, porque con el tiempo sigo escuchando gente que lo conoció y habla mejor de él que lo que hablo yo”.

Sus estudios primarios los hizo en la escuela N°14. “El año pasado cumplió 100 años. Hicimos un video, fue muy emotivo. El secundario lo cursé en el colegio Belgrano, yo estaba en 4to año cuando falleció mi viejo, como en esa época se hacía la Colimba, terminé 5to año en un colegio militar, en fuerza aérea”

Manejando un autoelevador junto a Hector Dégano

Su primer trabajo fue en Chiclets Adams, como operario en el depósito. “Ahí me enseñaron a manejar un autoelevador. Después pasé a la parte administrativa, hasta que bueno, paralelamente, como mi sueño era estudiar cine, empecé a estudiar y hacer el sacrificio que hacen todos aquellos que quieren estudiar. Trabajaba y estudiaba. Me levantaba a las 5 am, entraba a las 6 a la fábrica, salía a las 15 hs. me tomaba el Chevallier en la puerta y me iba al Instituto de Cine. Primero me iba a una agencia de publicidad que me había dado una pasantía y termine trabajando allí. Yo en realidad estudié cine gracias a la agencia. Porque económicamente, y por mis tiempos, no podía. Viviendo en Escobar, en la década del 80, y a 50 km… hubiera sido imposible” – dice mientras sonríe.

Con su hija Nelly Adriana

En el año 95 se casó con Adriana Bagnasco, con quien tuvo su única hija, Nelly Adriana (16) quien lleva el nombre de Nelly, por sus dos abuelas y Adriana, por su mamá. “La nena se quedó acá en Escobar con la mamá, yo ahora vivo en San Isidro, pero todavía conservo la casa de mis viejos. La había empezado a reciclar, pero, bueno, mi idea es ya irme. Es una casa con demasiados recuerdos, muy grande, demasiado. Así que bueno, la vida va fluyendo”- (vuelve a sonreír).

 

Guillermo sigue manteniendo contacto con varios amigos de Escobar, incluso cuando puede se reúne con ellos. “Armamos un grupo que se llama Escobarte. Con Eduardo Noel, Larry de Clay, Gilda Giordano, Juan Carlos Villalba, Gustavo Issetta… Empezamos a darle forma, un poco porque nuestra idea era rescatar la historia de Escobar, que a mí me da la sensación de que se está perdiendo definitivamente.

Con Alfredo Alcón y su productora en el Teatro San Martín.

En un principio nos habíamos juntado por una cuestión de amistad, los que siempre estamos en contacto. Nuestra idea es principalmente empezar a darle forma a esto. Mi preocupación y la de muchos de los que integramos el grupo es que se están perdiendo cosas. A mí me preocupa mucho que haya como un zanjón que se formó en los últimos años. Será porque vino mucha gente de afuera a vivir a Escobar. Ósea, la gente de acá, la mayoría no tiene más de 10 o 15 años de residir acá, y por ahí no le importa, no le interesa quién era Tapia de Cruz, no le interesa quién era Ameghino o Asborno. Chicos de la edad de mi hija no saben quién fue Mateo Gelves. Le preguntas al chico quien era Coco Tatangelo, no tienen ni idea. Era un emblema de la música de Escobar. No saben quién era don Pablo Vallier, Antonio Spadaccini, Doña Travi, Cacho Sureda, el Invisible, el “negro” Lavena … Vos vas al interior del país, no me voy a ir tan lejos, vas a San Antonio de Giles y hay un museo a media cuadra de la municipalidad donde vos entras y en media hora sabes el motivo del nombre de cada calle, sabes los nombres de cada persona que pisó e hizo ese pueblo. Y yo veo que acá eso no existe. No veo mala voluntad, ojo, yo creo que es un proceso social y me preocupa.”

Guiyo tiene en su poder muchísimo material filmado de vecinos de Escobar que ya no están. El cineasta, fotógrafo y escritor atesoró las imágenes y videos con la idea de algún día hacer un documental o una serie de documentales. Dice que los interesados todavía no llegaron.

Sobre si se arrepiente de algo que ha hecho en su vida afirma: “Creo que arrepentirse es sinónimo de crecimiento. Si yo siguiera pensando como pensaba hace 20, 25 años y repetiría las mismas cosas, tomaría las mismas decisiones, no sé, sería estar estancado. La soberbia lógica de un tipo dice: no, yo no me equivoco, pero el arrepentimiento tiene que ver con una revisión. Hay un montón de cosas que no repetiría de mi pasado, pero sino no hubiera hecho esto o aquello, quizá, no tendría a mi hija que es la cosa más maravillosa que me paso”.

Guillermo se autodefine como: “peronista de los de antes”

“Yo fui con mi viejo cuando vino Perón a Ezeiza, mi viejo se me tiro arriba para taparme de los balazos. Mi abuelo Sigifredo Dunnel era afiliado N°1 en La Pampa. Mi viejo se casó el 17 de octubre del 56 como un acto de rebeldía. Cuando él ya estaba perdido porque lo habían echado del trabajo, porque era reconocido peronista, se tuvo que venir acá a Escobar. Siempre hubo una marca en la familia que tuvo que ver con el peronismo. Más allá de que fuimos muy autocríticos, y críticos. Mi viejo fue muy, muy crítico, mis tíos también. Yo me acuerdo que mi viejo el 1 de julio del 74 me dijo: “Bueno hijo, hoy se murió el peronismo”. A mí me aterró eso, y con los años me di cuenta que tenía razón mi viejo. El peronismo, con ese concepto de Juan Domingo, creo que se murió” – dice mientras mira la nada misma, llenas de imágenes de cosas que ya no están.

 

Por Graciela Zorrilla

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