Interés General

“Herencia Malvinas Escobar”

Por VGM Enrique Oscar Aguilar

Invitado VGM José Abel Romero (Más conocido como Bin Laden)

Esta charla/entrevista nos costó tiempo acordar con nuestro Veterano Romero, ya que no le gusta hablar de lo sucedido y nos relata lo que puede y siente en este momento de la entrevista.

Abel es nacido en el Chaco, a los tres años de edad se fue a vivir a Virreyes y a la edad de 6 años a Garín; donde aún reside.

 

Malvinas:

Romero ingreso a cumplir con el servicio militar obligatorio, por medio de sorteo. Su profesión jardinero, lo llevo a realizar tareas de mantenimiento en la cancha de golf de oficiales de la Base Naval de Puerto Belgrano.

Se encontraba de franco cuando le llego un telegrama comunicándole que requerían su presencia en la Base de Puerto Belgrano informándole que iría a Malvinas. Él había escuchado rumores sobre la guerra, pero no creía que le tocaría por su profesión. De 8 personas que eran en este oficio, él y uno más fueron destinados al conflicto a bordo del Crucero General Belgrano. Hasta ese momento, no conocía el mar ni nada referido a este. Su primer pensamiento al enterarse que iría a Malvinas fue en su madre, ya que luego de presentarse, fue acuartelado y no supo nada mas de él. Sentía mucha tristeza y preocupación.

Llegaron a Bahía Blanca y después a Tierra del Fuego donde estarían cerca de la zona, por si algún barco pasaba averiado por Chile. En ese momento les dieron permiso de enviar telegramas a sus familiares, pero él no sabía enviarlo ni que hacer, por lo que perdió la oportunidad de dar aviso a su familia.

Con el pasar de los días estaba cada vez más amargado, pero tenía un compañero “El Santafesino” Jorge Carlos Peralta, que siempre le daba aliento, diciéndole – ¡Quédate tranquilo, que vamos a volver!

En la zona había dos buques cerca: Destructor “ARA Santísima Trinidad” y el Destructor “ARA Hércules”. A los dos días no los vieron más. Iba subiendo a su puesto de guardia, cuando a los 10 minutos sintió una explosión, abajo en la proa de la embarcación (un torpedo). No entendía que había pasado. ¡¡Miro hacia afuera de la cabina y vio como todos corrían para todos lados gritando

Nos dieron! Estaba en compañía de un cabo al que le preguntó que pasaba y le responde que corra hacia su número de balsa (En caso de hundimiento, todos tenían un numero asignado de balsa, donde entraban hasta 20 tripulantes). Encuentra su balsa, pero al no tener conocimiento que hacer con ella, como utilizarla, ve a un Suboficial agarrado al barco que ya estaba inclinándose cada vez más y le pregunta que debe hacer; Este un poco en shock, le explica como la debe maniobrar. Ya arriba de la balsa amarrada, le grita al suboficial que se tire y este no quiso por la misma conmoción, (no supo más de él). Estuvo esperando a quienes les tocaba el mismo número de balsa, pero había mucha desorientación y caos.

José nos cuenta que en el barco había 300 tripulantes que sabían de navegación y 900 totalmente inexpertos que habían salidos sorteados. No tenía con que cortar la soga para poder zafarse del amarre del barco, y si no la cortaba, se hundía con él.

Fue en ese momento que vio a otro Suboficial gritando desde una balsa que ahí había lugar. Entonces, sin pensarlo ni saber cuánto resiste un cuerpo en el agua con temperaturas tan bajas, se tiró con salvavidas hasta la otra balsa, recuerda que nadar hasta a este punto se le hizo eterno, que no llegaba más. El suboficial quería agarrarlo, pero por el mismo aceite y petróleo derramado luego de la explosión, le resulto difícil. Luego de varios minutos intentándolo, logra subir y nos cuenta que eran aproximadamente 25 tripulantes dentro de la balsa. No recuerda los nombres, no concia a nadie.

Alejados de la embarcación, aguardaron un día y medio hasta que pudieron ver a lo lejos la punta de una bandera y desde ese momento esperaron 4 o 5 horas más hasta ser rescatados. Era el Aviso «ARA Gurruchaga». Les brindaron ropa y los llevaron a Tierra del Fuego con destino: Puerto Belgrano.

Les comunicaron que no irían a otro barco que esperarían en la base. Ahí estuvieron hasta que finalizo la Guerra, luego fue derivado a Zarate hasta cumplir con su servicio militar obligatorio. Cuando le dieron de baja pudo ir a su casa, y contarle a su madre lo vivido, recuerda un extenso abrazo con ella. Lo que más lo apena (Y se le nota en sus ojos) es que su compañero que le daba ánimos no pudo volver.

 Posguerra:

Nuestro Héroe, como muchos otros, no contaba a nadie que era sobreviviente del Belgrano, ni en su propio barrio lo sabían, debido a la discriminación que ellos recibían.

 Actualidad

Para los que lo quieran visitar y charlar con José, trabaja en el Centro de Veteranos de Guerra de Escobar hace 14 años. Disfruta comer asado con los Veteranos y pasar tiempo con su familia.

Con respecto a volver: nos expresa que le gustaría regresar al sitio donde se hundió el barco y tirar flores para rendir homenaje a sus compañeros, pero que a las islas propiamente dicho, no lo haría hasta que sean devueltas. Por último, nos manifiesta que siente que no hay patriotismo, que la gente los juzga a pesar de haber peleado por su patria. Y que eso duele.

Realizada por: Vanesa Cardozo- Ciclo de Charlas realizadas por la agrupación Herencia Malvinas Escobar, integrada por hijos de Veteranos de Malvinas de nuestro distrito.

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