Justos y pecadores

La primera clausura se produjo en un lote de calle Islandia al 2400, más precisamente en Fincas del Lago, de Belén de Escobar. Tras la denuncia de un vecino, por música alta, las autoridades policiales y municipales se acercaron al lugar y comprobaron que un grupo de unas 17 personas estaban festejando un cumpleaños. Fueron disuadidos a retirarse del lugar. Se desconoce si se labraron actas o si se sigue alguna acción penal por el delito de desobediencia.

En tanto, el segundo encuentro que se desarticuló fue de carácter religioso y se estaba llevando a cabo en un predio ubicado sobre calle Mérmoz al 3000. Tras un llamado a Ojos y Oídos en Alerta las autoridades tomaron conocimiento que se estaba oficiando una especie de misa o reunión religiosa a la que habían acudido algo más de 50 personas, en 25 vehículos.

Al igual que en la primera clausura los concurrentes abandonaron sin oponer resistencia. Tampoco pudo conocerse si el grupo tuvo algún inconveniente judicial. Algunos vecinos aseguraron, visiblemente indignados: “Estas cosas se repiten porque acá se los notifica, pero nadie es llevado a la dependencia policial, nadie paga multa. A pesar de la cantidad que vimos el año pasado que eran llevados a las comisarias no sabemos de nadie que haya quedado detenido siquiera por 48 horas. Tampoco les salió un peso no acatar una mediada de esta naturaleza. Por eso lo van a seguir haciendo.”