La enorme masa de pesos liberada por el Banco Central para recomprar bonos del Tesoro alteró el endeble equilibrio del circuito financiero e impulsó a los precios de los dólares alternativos al “cepo”, en zona de máximos nominales.
El jueves, los dólares negociados en la Bolsa escalaron fuerte después que el BCRA restringiera la posibilidad de pagar en cuotas con tarjetas los consumos en los “free shop”, lo que sumó mayor presión y el viernes, el “contado con liquidación” superó los 300 pesos.
El “tsunami” de pesos utilizados por el BCRA para rescatar los bonos en pesos más la asistencia directa al Tesoro se complementaron con la mala señal política de la renuncia inesperada de Martín Guzmán, en un combo que fue letal para el peso. Hoy todas las expectativas están puestas en una inminente devaluación y aceleración de la inflación al umbral del 100 por ciento anual. Por eso la reacción dolarizadora resultó lógica aunque sorprendió por su magnitud.
Durante la semana el riesgo país llegó a escalar 300 puntos básicos, por encima de los 2.700 puntos básicos, un máximo desde la reestructuración de la deuda.
En tanto, el mercado sigue atento a las decisiones que tome la nueva ministra Silvina Batakis y en la designación de los funcionarios a cargo de la Secretaría de Finanzas que es la que principalmente deberá lidiar con los crecientes vencimientos de deuda en pesos.