Muchas veces pensamos que si hablamos de mitos y leyendas, son solo las que se refieren a una provincia en general, o región fuera del país. Asimismo, nos dirigimos a Europa, cristianismo mediante, que es de dónde la mayoría de ellas, podría haberse desplazado hasta aquí por efecto de los inmigrantes, que además, nos trajeron lenguaje, comidas, tradiciones. Pero no. La aculturación, se refiere a matrices de algunas creencias, que, luego, en nuestra geografía e historia, adquirieron un tinte propio. También, y como herencia de lo que se denominado “choque de civilizaciones”, la moda, los mercados, las comunicaciones, dejan su impronta, por ejemplo Santa Claus/Papa Noel, y los comerciales de Coca Cola. Lo interesante, es que una cultura puede estar invadida o rociada por sus mercados virtuales externos, pero cuando baja, o se configura el proceso cultural, es donde la realidad propia, los decodifica y les agrega o quita, sus capas.
¿Cuáles son esas capas? Nombres, lugares, protagonistas. Recordemos que se basan en hechos reales, que después adquieren un tinte “mágico” o extraño. Ante la pregunta ¿existe el perro blanco del Barrio Phillips? ¿Está el dientudo aún en el puente de la arenera de Pahor en Maschwitz? Deberíamos contestar: algo ocurrió, algo muchos vieron. Pero lo que sí es cierto, es el estremecimiento, el dolor, el espanto de aquellos que pueden narrar “lo que vieron”. Y en el Partido de Escobar, esto se ha dado así. Hay mitos y leyendas, que podríamos considerar como propias. He aquí un breve listado: Las Luces de Las Vizcacheras, el hombre sin cabeza de la calle Gelvez, el perro blanco del Barrio Phillips, el árbol guardián más allá de D’acunto, el dientudo del puente de la arenera, calle Sucre, de Maschwitz, el gigante de la Barranca de El Cazador.
Profesor en Historia y escritor escobarense.
