Interés General
Se recalienta la campaña: oficialismo y oposición se tiran dardos fuertes
En Escobar también.

Al igual que a nivel nacional el clima de campaña electoral sigue subiendo de temperatura en Escobar. De un lado y del otro suben la apuesta y no escatiman en dar golpes certeros cada vez más fuertes.
Más allá de las actividades esperadas, capacitación de fiscales, trabajos en territorio, y acciones concretas como murales, carteles, comunicación, etc… este año los candidatos y los principales referentes de cada espacio se tiran con artillería pesada.
Si bien, como cada dos años, la polarización electoral se hace sentir y todo parece debatirse entre la primera y segunda fuerza, dejando muy atrás y casi desdibujado al resto del pelotón, esta elección de diputados, senadores y concejales y consejeros escolares parece convertirse en una elección de tipo presidencial.
El concejal Diego Castagnaro, quien dejó su bloque y se sumó al de LLA, ya se había expresado en contra del gobierno de Ariel Sujarchuk afirmando que se había creado «un frente de frentes» que a nivel local logre armar un gobierno «que salga de la mediocridad», días atrás realizó un video donde acusó al municipio de intentar ocultar un accidente en un inflable del Escopark y adelantó que desde el bloque de La Libertad Avanza se presentó un Pedido de Informe sobre el hecho.
La reacción del oficialismo no se hizo esperar y el propio Secretario General «Beto» Ramil atendió a Diego Castagnaro y a su hermano Mariano en un video que rápidamente se viralizó en las redes sociales.
A lo largo de un año y medio de gestión de Milei claramente se observó dos tipos de oposición que se repitió a lo largo y ancho del país.
Una que se hizo abiertamente colaboracionista desde el primer día y que abarca a radicales, macristas y una porción nada menor del peronismo y otra oposición que incluye a gran parte del peronismo y kirchnerismo, que fue muy dura en los discursos, pero que no quiso enfrentar decididamente al Gobierno a nivel nacional y a la oposición a nivel local en los distritos donde el peronismo y el kirchnerismo mantuvieron el gobierno. Esa tregua ya terminó.
Por ello, como si fuera poco, y a manera de remate, Ramil asestó un nuevo golpe, que seguramente no será «el golpe final», y envió un nuevo mensaje:
A pesar del humor y la ironía, la escalada verbal anticipa una recta final de campaña con alta tensión. Habrá que estar preparados.