Interés General

Próximas Elecciones en SUTEBA Escobar

 

En un extenso comunicado, el candidato a Secretario General por el Frente de Unidad docente Carlos Fuentealba, hoy a cargo de SUTEBA Escobar, José Magallanes, informó las razones sobre la conformación del Frente y llamó a sus compañeros a votarlo y a participar activamente en el cuidado de esos votos.

“Para hacer las cosas sencillas y prácticas hay tres razones fundamentales sobre los que giran todos los demás” – dijo Magallanes y enumeró: 1- El avance arrollador de la derecha y la necesidad impostergable de la unidad de los trabajadores para enfrentar lo que se viene. 2- El sindicato se estaba vaciando porque las otras agrupaciones no le daban importancia a la necesidad de la unidad, y entonces generaban situaciones que dividían y cansaban a los compañeros, que paulatinamente dejaron de participar. 3- Necesitamos un sindicato que, además de luchar por nuestros derechos, además de ser tan o más democrático que ahora, de gestionar igual o mejor que ahora, brinde más servicios, y beneficios a los afiliados.

Tras destacar que el primer punto es el más importante detalló: “El poder real, que es el poder económico y todos los políticos y periodistas que trabajan para ellos, está avanzando de una forma arrolladora e imparable. Las 200 familias más ricas del país son las dueñas de más del 80% de todas las riquezas que producen nuestra sociedad. A esas familias sumémosle los bancos, los organismos de “crédito internacional”, y los especuladores financieros de todos los países y colores. En los últimos 3 años su poder político económico se concentró de una manera descomunal.

Pocas veces en la historia argentina se ha visto un avance tan arrollador de la derecha como el que nos toca ser testigos en la actualidad. Tal vez, podría ser, en las décadas de los ’20 o ’30 del Siglo XIX. O bien en las dictaduras, pero en estas pasaba algo particular: El poder económico tenía que imponerse por la fuerza de las armas, y aun así existía, al menos, un sector de la sociedad que se organizaba para resistir, como podía, a todos sus ataques. Pero hoy eso casi no pasa. La derecha es dueña de casi todos los medios de comunicación, de todas las redes sociales, maneja a su antojo a la justicia, y sobre todo maneja como se le da la gana el poder económico sin que nadie le ponga un freno.

Los multimillonarios agroexportadores, por ejemplo, tuvieron cosechas récords durante la pandemia porque el mundo necesitaba de nuestras materias primas. Y no solo que aumentaron las cosechas y las exportaciones agro ganaderas, sino que además los precios internacionales de estos productos subieron más del 25%. Para darse una idea de la situación que esto generó, en EEUU y Europa se ha disparado la inflación, algo que no sucedía desde la crisis del ’30.

Durante la pandemia han ganado más dinero del que, en condiciones normales hubieran ganado en toda una década. Y eso no es nada. Ahora, que está desarrollando la guerra entre Ucrania y Rusia -y resulta que Ucrania es “el granero” de Europa- el mundo  vuelve a demandar nuestras materias primas con precios que siguen y siguen subiendo. Bueno, por esa misma situación ahora están ganando todavía más dinero del que ganaron durante casi toda pandemia. Miles y miles de millones de dólares que se fugan, que nosotros ni vemos.

En las estadísticas generales se dice que el país viene creciendo a un ritmo del 4% anual, que es una barbaridad mientras todos los demás países decrecen.

Es tal el poder que manejan estos tipos que encima se dan el lujo de imponer la regresión redistributiva, impositiva y fiscal haciendo que se bajen, aún más, los derechos de exportación. Por eso es que los precios de los productos alimenticios en las góndolas de nuestros supermercados son parecidos a los de Europa y EEUU, pero con sueldos argentino. Ese es el origen de la inflación. Es una especie de golpe de mercado de estos millonarios poderosos.

Pero este avance casi irrefrenable de la derecha no se da únicamente en el terreno económico/político, sino, y esto es lo peor de todo, se da sobre todo en el plano subjetivo. Están ganando la batalla ideológica al construir un subjetivismo o “sentido común” que lleva a la gente a pensar, erróneamente, que para que bajen los precios de los alimentos debería ganar la derecha y perder “la yegua” y el Kirchnerismo. Promueven discursos cargados de prejuicios y odios basados en la ignorancia, pero también en la impotencia de la gente por el aumento del costo de vida.

Nunca, ni en las peores pesadillas de cualquier pensador, filósofo o economista se les hubiera cruzado por la cabeza que el propio pueblo sería quien espere ansiosamente para votar por quienes los van a despojar de los pocos derechos que les quedan. Esa es la realidad que nos toca vivir y el futuro inmediato hacia el cual nos deslizamos como si fuera un tobogán aceitado. Tanto los analistas políticos como la inmensa mayoría de las consultoras vaticinan un triunfo de la derecha en las próximas elecciones presidenciales de 2023. Los números que surgen de las encuestas parecen salidos de una película fantástica y de terror. Los políticos con “mejor imagen” serían Patricia Bullrrich, Javier Milei y Horacio Rodríguez Larreta. Mientras que los de peor imagen son Alberto Fernández, Axel Kicillof, Cristina y Máximo Kirchner.

 Antiguamente los filósofos clásicos creían que la historia siempre iba para adelante, como una flecha, como el tiempo. Decían que algunas veces avanzaba más rápido y que otras veces lo hacía un poco más lento, pero siempre idealizaban en los logros del hombre y los desarrollos sociales como el tránsito de un camino de progreso y siempre hacia adelante. Pero la Edad Media, que duró 1.000 años demostró, como un hachazo sobre esta teoría idealista, no solo que la historia puede detenerse, sino que además es capaz de volver hacia atrás, de retroceder en las conquistas y logros sociales. Y esto que estaría a punto de suceder ahora. Nuestra clase social –la clase trabajadora- parece haber perdido el rumbo propio y que estaría a punto de elegir gente que nos va a imponer una derrota social que nos costaría décadas remontar. Y eso va a suceder, irremediablemente, si la clase trabajadora no hace nada para impedir semejante derrota.

Si en 2023 ganara la derecha (Macri, Bullrrich y Milei lo repiten permanentemente), despedirían a millones de trabajadores, eliminarían las retenciones y otros impuestos, con lo que los alimentos subirían en forma más estrepitosa aún que hoy, privatizarían y enajenarían las riquezas nacionales, aumentarían las tarifas. Eliminarían el sistema jubilatorio de los docentes y elevarían la edad jubilatoria a los 65 años, como en el ANSES, y hasta es muy probable que directamente privaticen el sistema jubilatorio para transformarlo en una especie de “Seguro de retiro”, que es lo que le están pidiendo los bancos porque necesitan ese dinero para inyectarlo en la especulación financiera. Aumentaría sideralmente la deuda externa. Y por supuesto aumentarían exponencialmente la pobreza, la miseria y la violencia social.

 Frente a ese panorama ¿Qué deberían hacer todos los sindicatos y dirigentes sociales? se preguntó Magallanes , y aseguró: ¡Unirse para enfrentar ese brutal ataque que se avecina! Generar espacios de unidad debería ser, hoy, la principal preocupación de todo dirigente político, social y sindical honesto. Por eso Almafuerte estuvo insistiendo mucho en esa cuestión. A mediados de 2020 creamos una “comisión de diálogo y negociaciones” para proponerles a todas las agrupaciones charlar sobre esta situación y la necesidad de unirnos en un Frente.

Las agrupaciones con las que hoy compartimos la conducción de la seccional asistieron tan solo a una o dos reuniones a partir de nuestra invitación, pero después dejaron de hacerlo definitivamente sin dar mayores explicaciones. Los que sí continuaron charlando fraternalmente, y con una visión política similar a la nuestra (el avance de la derecha y la necesidad de la Unidad para enfrentar los planes de ajuste) fueron los compañeros de la Celeste. En el medio, entre reunión y reunión de este equipo de “Diálogo”, nosotros íbamos teniendo nuestras propias reuniones de agrupación para ir evaluando los pasos que íbamos dando.

Cuando se acercó la fecha de cierre de presentación de listas y alianzas decidimos conformar un Frente de Unidad con todos aquellos que quisieran. Los que quisieron fueron, precisamente, los compañeros de la Celeste. Y se trata de un Frente en el cual cada agrupación mantiene sus reuniones propias, puntos de vista y principios. Ni Almafuerte se disuelve dentro de la Celeste ni la Celeste se disuelve dentro de Almafuerte. Hacemos un Frente en el cual cada agrupación debatirá en sus respectivas reuniones cuáles serían las posturas y propuestas a llevar a las reuniones del Consejo Ejecutivo Seccional (Directiva de Suteba Escobar). En esas reuniones las resoluciones se tomarán, como corresponde entre compañeros, por acuerdos y consensos. Nos va a tocar conducir, si ganamos, en un momento político muy caliente en el cual la derecha intentará aplicar la mayor cantidad de leyes antiobreras y antipopulares en primeros meses: Reforma laboral, Reforma jubilatoria, privatizaciones, despidos, tarifazos, endeudamiento. Entonces deberemos salir a la lucha de forma decidida, deberemos impulsar medidas de acción directa y retomar las calles. Por eso es tan importante que comprendamos este punto que, repito, para mí es el más importante para explicar por qué hicimos el Frente con los compañeros de la Celeste.

 En cuanto a la segunda razón enumerada dijo: El sindicato se estaba vaciando porque las otras agrupaciones no le daban importancia a la necesidad de la unidad, y entonces generaban situaciones que dividían y vaciaban el sindicato.

Un sindicato fuerte y organizado beneficia en mucho a sus afiliados porque puede defender mejor los derechos laborales y obtener más conquistas para los trabajadores. Y un sindicato es fuerte cuando los que participan activamente son muchos.

El respeto que Suteba Escobar se ha sabido ganar entre las autoridades y gobernantes a lo largo de estos años no fue sino gracias a las asambleas masivas y las movilizaciones multitudinarias. Por eso nos resultaba relativamente fácil, frenar las investigaciones, pre-sumarios y hostigamientos hacia los compañeros. Además, no hay un solo inspector que no tenga en cuenta nuestra opinión a la hora de tomar alguna decisión con respecto a los compañeros.

Pero desde que las otras agrupaciones, vinculadas a partidos políticos, transformaron asambleas y plenarios en terrenos de batalla, poco a poco los compañeros dejaron de asistir y de participar. En un distrito que tiene 5.000 docentes no se puede llamar “Asamblea democrática” (como lo hacían ellos) a una reunión de 40 docentes –y que encima votaba en forma dividida las resoluciones-. Por ejemplo, los últimos tres paros fueron decididos por 25 compañeros en promedio, por eso el porcentaje de adhesión a esos paros nunca superó el 10%. No se podía continuar en ese derrotero de vaciamiento y debilitamiento de nuestra organización. Algo había que hacer para que los compañeros volvieran a asistir a las asambleas y plenarios.

Pero en todas y cada una de nuestras reuniones hemos debatido lo imposible de conseguir esa participación masiva si continuábamos compartiendo la conducción justamente con quienes vaciaban el sindicato. Las otras agrupaciones actúan de esa manera no porque sean sencillamente malas, sino porque su objetivo no es construir un sindicato de masas, sino sumar militantes para las filas de sus respectivos partidos, y entonces la dialéctica que instalan es la de la agresión política y hasta personal hacia quienes no piensan como ellos. Por eso decidimos no volver a compartir la conducción con los que hicieron todo lo posible por vaciar (y debilitar) al sindicato.

 Por último, sobre la tercera razón por la cual los afiliados a Suteba deberían votar por el Frente Fuentealba, señaló: “Necesitamos un sindicato que, además de luchar por nuestros derechos, de ser igual o más democrático que ahora, gestionar igual o mejor que ahora, brinde más servicios, y beneficios a los afiliados.

Hoy, a pesar de que aportamos mucho mensualmente, no tenemos abogados en el local gremial, tampoco gestores que viajen a La Plata para llevar reclamos. No hay personal de limpieza ni empleados que atiendan de lunes a viernes como en todas las demás seccionales, no tenemos especialistas en jubilación que vengan a la seccional una vez por semana o cada quince días. No tenemos acceso a los cursos con puntaje ni muchos otros beneficios que todas las demás seccionales de la provincia SÍ tienen. Por eso nuestra campaña está basada fundamentalmente en las PROPUESTAS. Las otras agrupaciones, en cambio, están enfrascadas en una campaña intensa de hostilidades y agresiones hacia nuestros candidatos y hacia el Frente Fuentealba. Eso no está cayendo muy simpático entre los compañeros de escuela, pero allá ellos con esa metodología destructiva. Nosotros explicamos que seguiremos manteniendo lo mejor de lo que hicimos hasta ahora, con el agregado de mucha más gestión, más beneficios y más atención. Queremos un sindicato como el afiliado se merece, en el que además haya actividades culturales, educativas, sociales. Cursos con puntaje, asesorías y asistencias técnicas, etc.

Nosotros le vamos a preguntar al compañero ¿Te fijaste en tu recibo de sueldo el descuento que tenés por Suteba mes tras mes? ¿Entonces no te parece que deberías tener un mejor sindicato con más servicios y más gestión? Bueno, si sos de los que piensan que tenemos que mejorar el sindicato entonces deberías votar por el Frente Fuentealba. Pero si querés que el sindicato siga vaciándose y brindando cada vez menos servicios, gestión, y atención entonces votá a las otras listas” – concluyó José Magallanes.

 

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