Interés General

Fortín Malvinas

Por VGM Enrique Oscar AGUILAR.

 

Copetonas (Pcia. Bs. As) En su Centenario homenajea a sus dos hijos héroes…

En este momento tan especial y cargado de emociones…Como es el de homenajear a través de distintas personas a todos los que de un lugar u otro le dieron vida en estos 100 años a nuestro pueblo Copetonas…Me toca en suerte y a pedido de ellos…Los homenajeados…Si homenajeados por que viene por partida doble…por lo tanto doblemente emotivo para mí por la amistad q nos une desde la infancia….Y también por supuesto para cada uno de los que están hoy aquí presentes, ya que son hijos de este pueblo…Copetonas preferiría no tener héroes, por que digo esto?…Porque el título de héroe se logra a través de exponer y en más de una oportunidad entregar el bien más preciado que nos ha dado Dios que es la vida…Y nadie desea pasar o que pase otro por una situación así.…

Pero también es cierto que hay sucesos y acontecimientos no queridos y mucho menos deseados que llegan a nuestras vidas y debemos afrontarlos con entereza, coraje y valor, como lo hicieron estos dos hijos de Copetonas…

Nacieron aquí, disfrutaron y desarrollaron su infancia en estas calles, y como por lo general suele ocurrir cuando sus alas ya estuvieron lista emprendieron vuelo…Uno con el sueño de recorrer y defender nuestro mar en la Armada Argentina el otro a través de la gestión de su amigo eligió velar nuestro cielo a través de la Fuerza Aeronaval de nuestro país…Siguieron unidos en el afecto, pero separados por las distintas actividades y lugares de residencia…El año 1982 tristemente recordado por los argentinos, estalla el conflicto armado de Malvinas…

Uno de los momentos más trágico y doloroso en especial para los copetonenses de esa  guerra, fue el 2 de Mayo cuando el Buque General Belgrano en cuya tripulación se encontraba Blas Fernández, Blasito para la gente de este su pueblo, es vilmente atacado y hundido por el submarino nuclear Ingles Conqueror…Blas logra sobrevivir al ataque, salir de ese infierno y ocupar un lugar en la balsa nro. 20 junto a otros camaradas…El buque queda en el fondo del mar junto a unos 300 tripulantes que le hacen guardia de honor como afirman quienes sobrevivieron…El superar esa situación, era tan solo una parte, ya que ahora si querían salvar sus vidas debían afrontar la madre de todas las batallas, contra el frío del viento, las aguas heladas, con sus olas inmensas, inclusive todo el esfuerzo podía ser en vano si no eran avistados a tiempo ante el riesgo de morir congelados…Blas centraba sus pensamientos en sus seres queridos, sus amigos, este su pueblo para mantenerse fuerte y no dormirse.. Porque dormirse era no despertar más, dormirse era morir…

El día 3 de mayo a las 06:15 horas, el señor Capitán Julio Hugo PEREZ ROCA junto a su tripulación, de la cual formaba parte José Alberto Andersen “Cuqui” para todos nosotros despega del aeropuerto de Río Grande al mando de la aeronave Neptune 2-P-111, rumbo al área del hundimiento del Crucero, con la misión de búsqueda de los náufragos. Luego de varias horas de búsqueda, un miembro de la tripulación le informa al Capitán que se encontraban en “LOTERÍA”, término utilizado para definir que, a partir de ese instante, el combustible remanente era el justo y necesario para llegar al aeródromo más cercano – en este caso el de la ciudad de Ushuaia. Es en ese momento cuenta Cuqui que el Capitán les pregunta que desearían si ustedes estuvieran en las balsas…la respuesta de continuar no fue necesaria poniendo de manifiesto el sentido del esfuerzo, abnegación y sacrificio ante una situación límite. Ya que, sabiendo que, de continuar con la búsqueda, la aeronave corría verdadero riesgo de no poder retornar a tierra… A costa de sus propias vidas, tomaron la heroica decisión, de continuar buscando a sus camaradas, luego de más de 9 horas de vuelo. Se produce el milagroso encuentro entre los dos amigos hijos de este pueblo, Cuqui desde el aire enviando un rápido mensaje sobre la ubicación de las balsas para su rescate, Blas desde una de las balsas agradeciendo su presencia aun sin saber ni uno ni el otro de la presencia del amigo…Ya en tierra cuenta Blas que su familia abocada a su búsqueda entre los sobrevivientes con la desesperación y angustia lógica no lograba respuestas sobre sus suerte, hasta que un camarada vio la foto de Blas en un documento que tenía su esposa en la mano y dijo…pero este es “Copetonas” si él está bien y eso posibilito el encuentro con sus seres queridos. Allá muy pocos lo conocían por su nombre para la mayoría era simplemente copetonas… Y aquí se podría decir que se termina la historia pero no…Hay otros 2 pequeños capítulos que quiero contarles…Uno tiene que ver con esa deuda pendiente que tenemos con nuestro veteranos de guerra, por lo tanto, luego de hacer unas averiguaciones de cómo hacerlo, presente ante el consejo de deliberante de tres arroyos una nota solicitando que una calle o lugar de nuestro pueblo llevara el nombre de Blasito Fernández y Cuqui Andersen….Por lo tanto aprovecho esta oportunidad para agradecer a las distintas fuerzas políticas y comisión de fomento de Copetonas, que hicieron posible que Copetonas no tenga deudas con sus 2 héroes ya que aquella plazoleta lleva sus nombres.

El último capítulo de esta historia tiene que ver con que nunca pudieron encontrarse personalmente, nos debemos un abrazo me decía siempre Blas. Yo lo voy a lograr le dije…Pero cada intento chocaba con alguna dificultad…Tampoco pudo ser el año pasado con el acto en la plazoleta q lleva sus nombres…Este año tiene q ser me dije se cumplen 30 años voy a hacer algo grande la verdadera historia del hundimiento naufragio y rescate de los sobrevivientes del Belgrano contada por sus protagonistas. Y lo que es mas importantes mis amigos se abrazaran al fin como tanto lo desean. Me comuniqué con Cuqui que era el más complicado por la distancia, no estaba dispuesto aceptar ninguna excusa…”Imposible Cococho me voy a Francia a visitar a mi hijo que está estudiando allá…Tengo todo listo”…Sentí una sensación extraña agridulce por un lado contento q mi amigo tuviera su hijo estudiando en Francia y la posibilidad de visitarlo…Y por otro lado me sentí mal por no lograr mi cometido…Le pregunte a Dios por que…El que siempre hacia llegar mis proyectos a buen puerto en esto no me respondía….Pero saben? …Dios responde siempre, solo que él tiene sus tiempos y momentos que por ahí no son los que nosotros manejamos o deseamos. El con su inmensa sabiduría entendió q ese encuentro, ese abrazo, no debía darse cualquier día, en cualquier momento, ni en cualquier lugar…debía ser en un día, lugar y momento especial, por eso hoy y aquí, en el día de su cumpleaños número. 100, Copetonas abre su corazón para recibir a sus dos hijos héroes, Adalberto Blas Fernández y José Alberto Andersen…Y se den ese abrazo pendiente.

Noticias relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Close