CIVILES EN MALVINAS
Primera Parte
Cuando se habla de guerra, siempre se piensa en el combate entre las tropas enemigas, Sin embargo, si bien algunas de las antiguas acepciones gramaticales y etimológicas expresadas en los diccionarios dicen:
“Tropa: la organizada para combatir y maniobrar en el orden cerrado y por cuerpos”, es normal que junto a esas tropas se integren civiles que, indirectamente, por cumplir funciones específicas de trascendente interés para las acciones como comunicaciones, correo, petróleo y derivados, gas, agua, electricidad, vialidad, etc. sin portar arma alguna se conviertan también en “objetivos rentables” para el enemigo, Tal lo acontecido en Malvinas en el año 1982.
Esos civiles, profesionales, administrativos y técnicos silenciosa y metódicamente fueron “tejiendo la urdiembre” de su importante tarea, pero potencialmente la misma irradiaba un valor agregado que solidificaba la base de la operación política y bélica que el país necesitaba en esa oportunidad.
Por esas circunstancias, mayormente desconocidas, oportunamente expresé pormenores de esas tareas en un libro de mi autoría, y es bueno consignarlas nuevamente, aunque sólo sea en forma fragmentaria, para que lleguen a la luz del conocimiento público, y trascienda en qué condiciones trabajaron aquellos hombres, que impulsaran al entonces Teniente Coronel Seineldín, a definirlos con la jerarquía de “Combatientes Civiles”.
Tal distinción, precisamente en aquella guerra, nos enorgullece por razones que es necesario explicitar, porque sin esa ella, al margen de las falencias logísticas que nos impidieron desarrollar armónicamente el potencial humano del que disponíamos en ideas, trabajo, alma y espíritu, no hubiéramos comprobado que éramos capaces de unirnos, sin distinción de clases sociales, económicas o religiosas, para llevar a cabo algo por y para nuestro país.. Que éramos capaces de distinguir verdades de falsedades, de hallar la verdad en la cruel guerra, de distinguir el íntimo sentimiento de identidad nacional ante la realidad de los muertos y sobrevivientes, compatriotas o circunstanciales enemigos.
Es duro decirlo, pero Dios nos igualó en el supremo momento en el que se expone la vida y se observa de cerca la Verdad Superior, que permite reconfortar “hermanos heridos” bajo ambas banderas, en el instante supremo que une a los hombres, en el Amén final.
Así sucedieron aquellos acontecimientos…. Repasemos los fragmentos consignados:
He de historiar sobre los funcionarios y radioaficionados que fueron desplegados para el cumplimiento de tareas específicas en el teatro de operaciones de la Guerra por las Malvinas, para aquellos que desconocen por no ser sus allegados; ya que, lamentablemente, pocos argentinos se han enterado de lo que realizaron en las Islas. Los mencionaré para ilustración de sus conciudadanos, para que sepan de su grado de adaptación, de sus cambios psíquicos, de sus flaquezas, de sus limitaciones, de su valor en especial de los que por su temperamento fueron líderes en los grupos en los que les cupo actuar.
De esos civiles que en el tiempo transcurrido, pese a la trascendencia que algunas de sus intervenciones han tenido, han estado solo escuetamente mencionados en diversas publicaciones, ocultándoseles por ende el lugar que merecen en nuestra historia, historia que tampoco tuvieron oportunidad de escribir o dar a conocer.