Interés General

Entrevista exclusiva con el fundador de Akamasoa Argentina

Gastón Vigo busca replicar en la Argentina, en la ciudad de Lima, Zárate, la obra del Padre Pedro Opeka, el sacerdote argentino en Madagascar que, luego de 50 años de trabajo ininterrumpido, logró rescatar a 500.000 personas de la extrema pobreza, haciéndolos emerger desde los niveles más bajos (nacían, vivían y morían en un basurero) para convertirse en quienes construyeron la ciudad de la esperanza que emociona al mundo: Akamasoa.

Akamasoa Argentina es un movimiento de solidaridad de más de 500 voluntarios que trabajan cada día para construir oasis de esperanza en pos de poner de pie a los más débiles de la sociedad con trabajo, educación y disciplina.

Gastón es el fundador de Akamasoa Argentina. Conmovido por la historia de Pedro Opeka, fue a Madagascar y convivio con él y su gente durante dos meses para aprender cómo replicar el milagro en nuestro país. Hace años decidió dedicarse de lleno a la lucha contra la extrema pobreza, trabajando a la par de los más humildes. En dialogo con Graciela Zorrilla para el programa “La Mañana Informativa de Radio Escobar”, explicó:

Padre Opeka y Gastón Vigo.

“La obra del Padre Opeka comenzó con su trabajo en basurales. Luego de varias décadas consiguió construir una ciudad. Cuando hablo de ciudad es literal: Desagües, postes de luz, viviendas, cementerios, escuelas, y todo lo que hay que tener para llevar una vida digna. Y ese abordaje, ese modelo contra la pobreza, se extendió a la Argentina luego de que viajé allá y empezamos a hacerlo aquí en Lima, Zarate. Hoy la realidad es muy auspiciosa, por supuesto que es un combate sin tregua. Hay momentos muy dramáticos, momentos de mayor satisfacción, momentos de fracasos…”

Akamasoa Argentina promueve para las personas en situación de pobreza o desnutrición, programas de escolarización, formación profesional en oficios, construcción de viviendas, centros de acogida, sitios de asistencia sanitaria, huertas en tierra e hidropónicas, desarrollos sustentables, urbanización comunitaria y actividades tendientes a fomentar el trabajo, la educación, la constancia, el deporte, la cultura y el cuidado del medioambiente, apuntados tanto a mejorar la calidad de vida de los niños, adolescentes y adultos como el del grupo familiar en el que se encuentran insertos.

“Además en un espacio de 6 hectáreas estamos levantando las primeras viviendas. Es una lucha en la que nosotros tenemos una premisa muy clara que es que la pobreza se puede vencer con trabajo, con educación, con disciplina, desde el inicio hasta el final de la vida. Trabajando con el individuo, pero trabajando a la par. No se trata de decir: hagan esto, sino de hacerlo en conjunto”.

Gastón Vigo Gasparotti tiene 32 años, es Doctor y Magíster en Economía. Licenciado en Administración de empresas y autor de los libros, «San Martín: ¿está hoy la patria en peligro?», «Jaque al subdesarrollo argentino», «Fernando Mönckeberg: el responsable del milagro chileno» y coautor de «Así se combate la desnutrición».

“La tragedia es inmensa. Muchas veces se piensa que Argentina no está dentro de un abismo, pero ya está dentro de él porque la realidad es dramática. Cuando uno recorre y cuando uno trabaja a la par de quien está sufriendo la pobreza lo primero que comprueba es que la abuela no salió de la pobreza, su madre tampoco, ella y sus hijos están inmersos en la miseria. El tema de la educación en este Siglo XXI, tan dinámico, tan competitivo, donde se necesita cada vez más educación, los más excluidos van quedando cada vez más relegados, porque no se les dio justamente lo que los hace libres que es la educación, la constancia, las herramientas para que puedan vivir de pie y no de rodillas. Por otro lado, hemos buscado, incansablemente la misma solución y el asistencialismo de por sí no ha funcionado. Esto no merma la pobreza, todo lo contrario, la hace crecer.”

Argentina tiene sus propias África. En 52 años se ha duplicado la población y multiplicado por quince la cantidad de pobres.  El 63,4% de los menores de 17 años son pobres. El 50% de los alumnos no concluye la educación secundaria. Murieron en los últimos 70 años, por causa de la desnutrición, 134.825 personas. Existen en el territorio 4800 villas de emergencia que, en promedio, tienen 28 años de antigüedad lo que demuestra que es un problema estructural. Viven en ellas 650.700 familias. El 72,6% no cuenta una conexión formal de electricidad, el 98% no tiene cloacas y el 95% no posee agua corriente. 11 millones de argentinos almuerzan todos los días en comedores. 9 millones y medio de personas tienen algún plan social para subsistir. De los 23 millones de personas que están en edad de trabajar -de 18 a 65 años-, 9 millones no concluyeron la educación secundaria.

A pesar de los momentos de fracaso que menciona Gastón Vigo, los adultos de Akamasoa Argentina están todos escolarizados.  Y son ellos los que hacen sus jardines, sus escuelas, sus espacios de Salud… ahora, sus viviendas.

“Sino es faltarles el respeto a ellos. ¿Quién dijo que los pobres no pueden trabajar?, ¿Quién dijo que no pueden estudiar? Pero hay que tirar hacia arriba no hacia abajo. Por eso le proponemos a todos que se acerquen, que puedan volcar conocimientos, que puedan volcar manos solidarias, quienes no se pueden acercar, a veces quieren donar algo. Le proponemos a todos nuestros voluntarios, donantes y seguidores que compartan lo que publicamos, porque solamente si nos convertimos en un movimiento de solidaridad incontenible, que no acepta divisiones a la hora de ayudar por religión, nacionalidad e ideología, podremos acabar con la extrema pobreza de Argentina. 

Quienes quieran ayudar, colaborar y ser parte, pueden ingresar a: https://akamasoaargentina.org/   o a sus redes sociales. Kamasoa Argentina está abierta de lunes a sábados, de 9 a 18 horas, o escribir a info@akamasoaargentina.org

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