Interés General

Enorme plenario de cierre del II Congreso Nacional del Plenario de Trabajadoras

Se destacó especialmente la participación de 1.000 trabajadoras de casas particulares, que fundaron una agrupación nacional que se propone construir un sindicato genuino de trabajadoras de casas particulares.

Con más de 4.500 compañeras y compañeres de todo el país conectades en vivo concluía el plenario de cierre del II Congreso Nacional del Plenario de Trabajadoras, realizado de manera virtual. El mismo fue precedido por comisiones de debate que funcionaron los días miércoles y jueves con una concurrencia similar a la del plenario de cierre. Las y les compañeres que participaron en ellas, aportando sus experiencias y planteos, recogieron un curso de acción para organizarse por el conjunto de las demandas de manera independiente al Estado y las iglesias. El congreso de conjunto contó con 8.600 inscriptes

Romina Del Plá, dirigente del Plenario de Trabajadoras y el Partido Obrero y diputada nacional del Frente de Izquierda Unidad mandato cumplido estuvo a cargo del discurso de apertura del plenario.

“Este gobierno buscó erigirse como representante de los derechos de las mujeres. Alberto Fernández llegó a decir que había terminado con el patriarcado. Son una estafa. El aborto legal se consiguió gracias a la acción decidida del movimiento de mujeres, que primero lo puso en la agenda parlamentaria y electoral y luego, superar el cajoneo con el pretexto de que no había condiciones por la pandemia. Ahora, tras haberse aprobado el aborto legal se quedaron sin agenda progresista. Los orienta solamente el acuerdo con el FMI. Las mujeres necesitamos políticas de asistencia integral y de protección. La reforma de la Anses anunciada son una aspirina: redistribuyen la pobreza. Financiar la Anses requiere reponer los aportes patronales, los impuestos a las grandes patronales y, por ejemplo, los aportes a las trabajadoras de casas particulares. Para las mujeres se tiene que garantizar el derecho al aborto legal, seguro y gratuito que conquistamos y la Educación Sexual Integral laica y científica; el salario, los derechos laborales y terminar con la precariedad laboral, en todos los gremios y actividades del país; terminar con el vínculo con las Iglesias, que financia y sostiene este mismo gobierno” – dijo.

El plenario también contó con más de una veintena de intervenciones de luchadoras de todos los puntos del país que hicieron uso de la palabra. También compañeras de México, Costa Rica, Chile y Francia enviaron su saludo. Luego, las delegadas votaron una dirección nacional del Plenario de Trabajadoras, la cual integra a compañeras de todas las provincias. Al comienzo del plenario se hizo una mención especial reclamando la aparición con vida de Tehuel, exigiendo que el Estado ponga a disposición todos los recursos para encontrarlo.

A modo de cierre, la dirigente nacional del Plenario de Trabajadoras, Vanina Biasi, expresó: “El contexto de la pandemia aceleró la experiencia con el gobierno de Alberto Fernández, que rápidamente mostró que lo orientan los intereses capitalistas y no sus promesas y las expectativas de la población trabajadora. Se ve con la gestión de la pandemia y desde antes, con los jubilados, con el recorte presupuestario en educación y salud, los salarios, la inflación, la falta de ayuda social. Este innegable ajuste afecta especialmente a las mujeres. Los relatos de las mujeres trabajadoras que participaron en este congreso fueron contundentes. Tampoco hay verdaderas políticas de género. En el terreno de los derechos de las mujeres, el Ministerio de la Mujer y diversidades se mostró como un rotundo fracaso. No solamente estuvo paralizado cuando era más necesaria su intervención, sino que sus `campañas` -como el plan asistencial Acompañar- no son políticas de género que resuelvan la violencia de género o las necesidades que sufrimos las mujeres y plantea el movimiento de mujeres en Argentina. No tenemos una diferencia con el gobierno anterior. Las etiquetas de género en el presupuesto no son políticas de género. La asistencia y los planes sociales pueden sacar a una porción de la población de cierto nivel de indigencia, pero no erradican la violencia de género. Las mujeres necesitamos una organización y organismos independientes. La defensa de nuestros derechos y necesidades es incompatible con un gobierno cuyo norte es el pacto con el FMI y no tiene más que ofrecer a la población y a las mujeres hambre, miseria y control social de la mano de las iglesias.”

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