Interés General

Comunicado de los Trabajadores de la fábrica Danica, Llavallol

La compañía del Grupo Beltrán quiere trasladar la fábrica a la provincia de Córdoba. El Sindicato de la Industria del Aceite realizó una presentación ante el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires para pedir «que se garanticen los puestos de trabajo» de todos los empleados de la planta.

El Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria del Aceite (SOEIA) alertó sobre las maniobras de la firma Dorada SA para intentar cerrar a fin de año la planta productora de la margarina Dánica Dorada ubicada en Llavallol, Lomas de Zamora, y dejar a 150 trabajadores en la calle.

Los trabajadores enviaron un comunicado que dice:

«Nos dirigimos a la comunidad con profunda preocupación y tristeza por la difícil situación que enfrentamos como grupo de trabajadores de esta fábrica, que durante años hemos sostenido con esfuerzo, dedicación y sacrificio.

A lo largo del tiempo, aceptamos reducciones salariales, cambios de turnos y trabajamos en condiciones que no siempre fueron justas, cumpliendo siempre con nuestra parte. Lo hicimos pensando en nuestras familias y en la importancia de nuestra labor para el entorno que nos rodea.

Hoy, después de tantos años de entrega, nos enfrentamos al cierre definitivo de la fábrica, una decisión tomada por un gran grupo empresarial que ignora nuestras necesidades y derechos. Lo más indignante es que pretenden aplicar el artículo 247 para despedirnos sin pagar las indemnizaciones que legítimamente nos corresponden.

Con esta maniobra legal, buscan desligarse de sus responsabilidades. Si hubo una baja en la productividad, es consecuencia directa del desmanejo empresarial: despidieron o dejaron ir a personal altamente calificado, indispensable para el normal funcionamiento de sectores clave como mantenimiento y producción de aceites hidrogenados.

Pese a nuestras advertencias, insistieron en procesos para los que la maquinaria no estaba preparada, generando atrasos, complicaciones y riesgos innecesarios. También denunciamos, en su momento, graves negligencias en seguridad e higiene. Trabajamos en una fábrica de alta peligrosidad, manejando productos sensibles, contaminantes y explosivos como hidrógeno, amoníaco, aire comprimido y aceites, pero las condiciones eran cada vez más inseguras.

El resultado de ese desmanejo se reflejó en accidentes graves, incendios, derrames peligrosos para la comunidad y demoras que afectaron la operatividad, además de compañeros que sufrieron heridas de gravedad y una oportuna clausura por parte de la Acumar.

Las mismas cifras que presenta la empresa muestran que la baja en la productividad coincide con el momento en que asumieron la producción. Además, los retiros voluntarios y la reducción de personal capacitado solo refuerzan nuestra convicción de que su intención siempre fue precarizar el trabajo o vaciar la fábrica.

Este cierre no solo nos deja sin empleo, sino que vulnera nuestra dignidad y el esfuerzo de todos quienes, día tras día, contribuimos al crecimiento de esta empresa. Somos padres, madres, hijos e hijas que dependemos de este trabajo, y hoy sentimos que nos dan la espalda sin humanidad.

Exigimos que la empresa reflexione y cumpla con sus responsabilidades hacia quienes hicieron posible su desarrollo. No pedimos más que justicia y respeto.

Sinceramente estamos cansados por tantos años de maltratos, atropellos y trabajo en malas condiciones, bien sabemos que el desgaste físico, psicológico y emocional nunca será reconocido, pero estamos acostumbrados a la lucha y dispuestos a no bajar los brazos hasta que nuestros derechos sean respetados.
Seguiremos alzando nuestra voz hasta ser escuchados. Nuestro trabajo y nuestra dignidad merecen ser valorados».

21 de noviembre, 2024
Dánica: alertan por el cierre de la planta de Llavallol y 150 trabajadores podrían quedar en la calle

 

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