
Cuando perdonamos, se mejora nuestra salud física y el bienestar mental.. No sólo es un acto de generosidad.
¡Qué lindo es saber perdonar! Ello nos enseña a transformar la rabia; nos enseña. No te enseña a rechazar el resentimiento… La presencia del amor en nuestro interior, nos enseña a comprender la belleza de lo vivido diariamente.
El perdón es un trabajo diario y no un acto puntual.
Si bien el perdonar es una condición genética del ser humano, que se ve favorecida por la fuerza de voluntad y, a veces, una selección natural a un nivel de supervivencia. Por otra parte, también está ese estado afectivo que a la persona lo carcome por dentro, que es el resentimiento, y que tiende a imaginar, una y otra vez, la forma de lastimar al otro.
Con el Perdón nos será posible liberarnos del dolor y la amargura… Desde luego que no hay una palabra mágica para perdonar; con el perdón nos reconocernos como seres capaces de poder gestionar y controlar nuestros sentimientos y dejar atrás esos que nos hacen sufrir.
¡Aprendamos a liberarnos prontamente del sufrimiento! Al perdonar, al aceptar el perdón, nos hará sentir mejor, nos liberará del dolor, de los miedos, y hasta será posible la recuperación de una relación perdida.
No podemos insistir en vivir parados siempre en el mismo punto; sepamos hacer cortes limpios y asumir con beneplácito el valor del resultado; de nada nos sirve guardar resentimientos, ello no nos proporcionará ninguna Felicidad… Disfrutemos de lo lindo que es el cambio de óptica que nos plantea el espejo de la vida, de lo lindo que es el descubrir que, felizmente, hemos madurado y estamos reiniciando la nuestra.
Perdonando, somos nosotros mismos los que nos liberamos de la amargura.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires) recibe un saludo, y mi deseo que Dios te bendiga y prospere en todo lo que emprendas, y derrame sobre ti Salud, Paz, Amor, y mucha prosperidad.
Claudio Valerio
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