COLUMNA DE OPINION

La dolarización puede terminar en más pobreza si se escucha a los políticos y no a los académicos

Por Graciela Zorrilla

Con una irresponsabilidad única se subestima un tema técnico como la «dolarizaión» bajo los intereses de la campaña politica.  En medio del debate, lo que no se le cuenta a la gente es que los mismos grupos económicos, que llevaron a este lugar de inseguridad e incredibilidad a nuestra moneda, son los que proponen el cambio como si fuera milagroso en sí mismo.

Varios actores de la escena politica insisten en dolarizar nuestra moneda, pero no le advierten a la ciudadanía que si el cambio no se logra con un previo convencimiento y se estudia profundamente la factibilidad de su aplicación no solo la medida podría llegar a fallar sino que podría no ser revertida y sumiría a nuestro país en una mayor pobreza.

La dolarización NO es el único método para estabilizar nuestra economía. Pero sin lugar a dudas resulta el más espectacular y rimbonbante. Por eso figuras como Milei se prenden rapidamente a un proyecto que lejos de ser  una solución, mal aplicado no traería ningún beneficio y el costo podría significar más pobreza y más desempleo.

Nuestro país está actualmente en virtual default y no tiene financiamiento. Tenemos un riesgo real de oficializar la caída en default en el 2024. La pregunta a hacerse es: si Argentina podrá colocar nueva deuda en los mercados internacionales en este cuadro de situación.

El próximo gobierno deberá hacer frente al contexto de deuda más complejo de la historia. Quizá debieramos decir «los próximos gobiernos». El 100% de los vencimientos del FMI y el 80% de los vencimientos de los bonistas ley NY se produciran durante la misma línea de tiempo: 2024/2034. Por lo que no es arriesgado afirnar que, esto junto al resto de los vencimientos de la deuda, compromete varias próximas administraciones. Se tratará del doble y el triple de los actuales vencimientos de deuda. Se pasará de  5,7 (2023) a 7,3 (2024); 11,2 (2025); 11,7 (2026); 15,3 (2027); 19,3 (2028); 19,6 (2029); 18,4 (2030) y 18,3 (2031) billones de dólares por año.

Aun asi, la dolarización podría ser un remedio eficiente para comenzar a solucionar los problemas de nuestra economía, siempre que el debate se realice en los espacios académicos preparados para entender la complejidad de las variantes de implementación y sus consecuencias  y no en campañas politicas donde cada uno de los candidatos intenta llevar agua para su molino y habla de cambios sin decir, seguramente sin saber, como hacerlos.

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