COLUMNA DE OPINION

La diaria aventura de vivir…

Por Claudio Valerio

 

Afrontar la vida como una intensa aventura diaria, es llegar a descifrar ésa vocación que, mujeres como varones, nos llamamos a vivir. ¿A quién y de qué manera elegimos para vivir ésa aventura que es vivir?

Si nuestra vida, por los avatares del destino, se nos ha convertido en una permanente lucha, en un estar a la defensiva permanentemente, en vez de ser una emocionante aventura, tomemos la decisión de cambiar nuestra perspectiva. Comencemos a ver y a apreciar la gozosa aventura que ha estado aguardándonos todo el tiempo… Afiancemos una nueva manera de vida para nosotros, rompamos con las condiciones limitantes y, así, si lo hacemos, un mundo de posibilidades aparecerá en nuestro horizonte.

Somos merecedores de vivir una aventura… En general las aventuras huelen a algo nuevo y, cuando la frustración, el cansancio y mismo el agotamiento por salir adelante el trabajo y por la diaria lucha, puede proveernos de felicidad por el hecho de haber iniciado esa aventura.

Las personas que se inician en el buceo, experimentando temor ante lo que resulta desconocido, buscan y se esfuerzan por mantener fuera del agua el tubo que utilizan para respirar. Más, al mirar hacia el fondo del océano, se olvidan de la superficie y quedan fascinadas por una perspectiva totalmente diferente: Un mundo de peces y formas de muchos colores; un mundo completamente nuevo… ¡Tomemos la decisión de cambiar la perspectiva! Rompamos con esas condiciones que nos resultas limitantes y afirmemos una nueva manera de vida para nosotros.

Que éste sea el primer día, de otros tantos a futuro, de una nueva aventura; una aventura puede tener inicio cualquier momento y debemos estar preparados para, cuando se presente, dar lo mejor. Que nuestra vida real y espiritual la podamos vivir con humildad y naturalidad. Que la confianza en nosotros mismos sea verdadera y no dependa de gritos fervientes y palabras al respecto, pero sí para vivirla plenamente. Que no nos sea necesario proclamar, ni insistir para demostrar o poner notas en los diarios. Que nuestra forma de vida habla de nosotros, de nuestro sentir, de nuestro ser y, así, todos se darán cuenta de que somos personas sanas y que nuestras actitudes manifiestan mejor que nuestras palabras.

 

Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y muestre su rostro, y derrame sobre ti, muchas bendiciones de Salud, Paz, Amor, y Prosperidad.

Claudio Valerio- ®. Valerius



 

 

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