COLUMNA DE OPINION

Fortín Malvinas

Por VGM Enrique Oscar AGUILAR

 

𝗥𝗘𝗖𝗨𝗘𝗥𝗗𝗢𝗦 𝗗𝗘 𝗨𝗡 𝗖𝗔𝗕𝗢 𝗤𝗨𝗘 𝗖𝗢𝗠𝗔𝗕𝗧𝗜𝗢 𝗘𝗡 𝗠𝗢𝗡𝗧𝗘 𝗛𝗔𝗥𝗥𝗜𝗘𝗧

 𝘙𝘦𝘭𝘢𝘵𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘦𝘯𝘵𝘰𝘯𝘤𝘦𝘴 𝘊𝘢𝘣𝘰 𝘔𝘢𝘯𝘶𝘦𝘭 𝘓𝘢𝘳𝘳𝘰𝘻𝘢𝘗𝘦𝘳𝘵𝘦𝘯𝘦𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘢 𝘭𝘢 3𝘳𝘢 𝘉𝘳𝘪𝘨𝘢𝘥𝘢

Parte II

. Después de Darwin, el primer escollo le dimos nosotros fue el 11 a la noche, fue la batalla más grande de infantes. Porque los días anteriores era todo bombardeo. De día vivíamos mirando el mar y a la noche, detrás del monte porque venía la fragata, se posicionaba frente a nosotros a 20 km. Y nos bombardeaban; todas las noches teníamos que cambiar de posición y esperar. Y eso era lo que más nos angustiaba, no veíamos a nuestro enemigo…nuestra artillería estaba en Puerto Argentino y ellos estaban en medio del mar, y nos bombardeaban… no teníamos cómo darles… pero teníamos el oído agudizado. Si venían a bombardearnos a las 10 de la noche, sabíamos que terminaban a las 5 am en otro lugar, y al otro día empezaban a las 10 de la noche en otro lugar y terminaban de bombardearnos acá. En ese lugar el que estaba de guardia de mi sección, tenía un visor nocturno, observaba el mar y cuando veía que se encendía como un fósforo, avisaba y sabíamos que teníamos 30 o 40 segundos para ir a los pozos hasta que cayera la primera bomba. Era la única forma de avisar al resto que se cubrieran ante que exploten las bombas.

-Estábamos solos con nuestros jefes, jefes de compañía. El regimiento 4… estaba casi completo ahí, las cartas se escribían en el momento en que uno quería escribirlas, había un jeep que venía a Puerto Argentino a traerlas con un comisionista… -Todos nos acostumbramos, porque la fragata venía de noche y la artillería de día, que empezaba a las 10 de la mañana, así que, en algún momento, se podía escribir…Teníamos necesidad de hacerlo, de contar… nos hacía bien a todos, cada hombre era distinto, pero en el temple de soldados éramos todos iguales y siempre nos hacíamos un tiempo para escribir. -Todos estaban presentes en la mente de uno, la familia, los amigos. En el regimiento siempre hay alguien encargado de recoger las cartas que escribían los soldados para mandarlas a Puerto Argentino y de ahí a las familias; es muy importante para la moral del soldado recibir una carta de un familiar en Malvinas, en la posición en que estábamos nosotros era muy importante, yo no recibí ninguna carta. No sé si mis cartas fueron a casa, de Puerto Argentino iba a Comodoro Rivadavia, de ahí a Ibarreta, en Formosa (es un pueblito). Y bueno… en casa solamente recibieron un telegrama donde pude contarles que me encontraba en las Islas, lo hice personalmente cuando nos trajeron a Puerto Argentino para poder bañarnos. -La postura interior que uno toma, era: queríamos que termine todo YA. Verles la cara a los ingleses, todos los días… pensábamos cuándo vendrán por nosotros… Se da un episodio y es que teníamos infiltrados, observadores adelantados dentro de nuestras tropas en el mismo Monte Harriet. Los descubrieron, hubo una pequeña batalla el 7 de junio a la noche. Quisieron tomar el monte y los combatieron, se tuvieron que retirar los ingleses… Los corrimos… digamos, eran pocos, una tropa de más o menos 30 hombres que se quisieron infiltrar, se los detectó. Hubo un combate, eso lo hizo el regimiento 4 que estaba pegado a nosotros el Sargento Montellano que pertenecía nuestra sección junto con 10 hombres participo en un contraataque. Y a partir de ese momento, decíamos que en cualquier momento iba a ser la batalla final.

Cada día había episodios cerca donde se encontraban. Y el combate final de Monte Harriet… yo puedo contar: esto ocurrió el 11 de junio, más o menos a las 9 de la noche, frente de la posición había una estancia, pegada al mar aproximadamente a 2 km de Monte Harriet. Los días anteriores los ingleses la habían ocupado y con los cañones, morteros que tenía el Regimiento 4, los tiraron a la casa. Con esto los ingleses se retiraron de la estancia, tomaron sus lanchas y se fueron. Por eso creíamos que el combate final estaba cerca. El 11 a eso de las 22 hs, empezó el bombardeo… -Los ingleses, además de las bombas que tiraban arriba del monte toda la noche, también tenían bengalas que tiraban desde los barcos: eran como paracaídas y quedaban suspendidas en el aire. Era como estar de día, tiraban 7, 8, 10 bengalas arriba del monte. Eso les permitía avanzar, vernos a nosotros donde estábamos. Empezaron a avanzar sobre nuestra posición el 11 de junio a las 22.30 hs. pero no sólo a nosotros. Los ingleses estaban del otro lado del monte, en montes vecinos, a los montes Dos Hermanas y Longdon. Los atacaron a la misma hora y simultáneamente, hicieron ataques envolventes por los cuatro lados, no solo el Monte Harriet, también Monte Dos Hermanas, Longdon. -En mi sección éramos cuarenta más o menos, pero el regimiento 4 tenía aproximadamente 400 hombres repartidos entre Montes Dos Hermanas y Monte Harriet a este regimiento le habían retirado la compañía A, pero a último momento pudieron recuperar solo dos secciones de esa compañía …Cada uno ocupaba una posición. Estábamos distribuidos en varios sectores, para defender el lugar asignado.

Esa noche perdimos toda comunicación, nosotros en ese momento teníamos comunicación inalámbrica, a los teléfonos teníamos que darles manija para que sonara. Los ingleses nos cortaron toda comunicación, cable que encontraban, lo cortaban… Es decir, fue un ataque planeado y con varios batallones. Creo que nos atacaron con 2000 hombres y nosotros éramos 600 o menos quizás. Y bueno, toda esa comunicación, después de una hora de combate se perdió. Los ingleses iban avanzando para subir al monte y nosotros íbamos retrocediendo hacia arriba. Toda la munición que teníamos en un lugar estratégico, la perdimos…Allí se desató el infierno…Los ingleses fueron apoyados por las fragatas y artillería. Así que cuando se encendía la bengala, teníamos que escondernos para que no nos vieran y después cuando se apagaba movernos del lugar que estábamos porque si no, venían a matarnos a todos, directamente era un enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Nosotros a los ingleses los teníamos a pocos metros, a diez, veinte metros… nos comunicábamos a los gritos con los compañeros a ver qué pasó, quién vivía, quién no, era tal el infierno cuando nos tiraron con todo que después no sabía si vivía mi compañero o no vivía. Porque fue terrible, esa fue la parte, digamos, más fuerte de la guerra, esa noche, y ese combate terminó más o menos a las 5 de la mañana, cuando ya no hubo ni un solo tiro, así que te podés imaginar… el infierno….

-Exactamente. Previo al 11 a la noche, el 9, de mi sección muere el sargento de Infantería HECTOR RICARDO MONTELLANO (quien había comandado un contraataque anteriormente) y el cabo de Intendencia OSCAR EDUARDO LABALTA, les cayó una bomba en la carpa donde compartían y el 11 a la noche muere el soldado JUAN RAUL SERRADORI, oriundo de Curuzú Cuatiá de donde nos fuimos. Y fue herido el 11 a la noche el cabo PEREYRA ADAN, cabo Cond Mot CARLOS ALBERTO LOPEZ, cae una granada en el pozo zorro, explota, y los compañeros que compartían el pozo lo dieron por muerto, porque tenía muy destrozada la espalda. Continúa…

 


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