
Con aspectos positivos y negativos en su aplicación, la Boleta Unica de Papel dejó mucho para debatir. Mientras el dispositivo electoral fluyó lo suficientemente bien, la implementacion del sistema de elección por BUP mostró sobrada complejidad, dada la desinformación del electorado.
Mientras el Gobierno Nacional destacaba la transparencia en los últimos comicios gracias a la implementación de la BUP, varias son las dudas que aparecen en cuanto a la accesibilidad del ciudadano a la interpretación mismo.
Prueba irrefutable de ello, resulta el evidente crecimiento del voto en blanco en provincias que eligieron senadores. En aquellos lugares donde se votaron las dos categorías el voto en blanco superó por amplia diferencia a la media del país.
Al momento de elogiar este nuevo mecanismo de eleccion debiera primar el sentido comun, mas alla de tener en cuenta que, casualmente, el voto en blanco favorece al que obtuvo hasta la más mínima ventaja.
Sin dudas, la BUP sumo practicidad al acto comicial, como asi tambien rapidez en el escrutinio. Sin embargo, durante el conteo de votos aparecieron infinitas situaciones donde se planteo si un voto debia impugnarse o recurrirse en base a la interpretacion de las autoridades de mesa y los fiscales (la mayoría fueron computados como voto en blanco). Esto puede resultar sumamente injusto toda vez que el votante no es tenido en cuenta para que pueda explicar su voto.
En todo el territorio argentino se observaron cientos de casos de personas que carecían de la informacion suficiente y mostraron no saber doblar la boleta, intentar poner mas de una cruz en aquellos lugares donde solo se votaba diputados, u olvidar de poner la cruz para candidatos a senadores donde también se elegía a estos representantes .
La torpeza o desinformacion llegó al absurdo de que la propia Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, haya demorado más que el resto de los políticos y dobló de manera errónea la boleta. La autoridad de la mesa debió pedirle que ingrese nuevamente detras del biombo y que la doble correctamente y no por la mitad para garantizar la condicion de voto secreto.
Pero, la diferencia de votos en blanco en las jurisdicciones en las que se votaban senadores además de diputados mostró a las claras que se llevó a cabo un mecanismo para que fuera tomado como voto en blaco, mas allá de los que no presentaban ninguna cruz, todo el resto de votos en los que surgió alguna anomalía. Lejos de recurrirlos estos fueron sumados al voto en blaco y en muchisimos casos terminaron decidiendo el resultado final.
De tal manera que como la boleta no tiene el casillero de «lista completa», en 7 de las ocho provincias que eligieron senadores, en la categoría de diputados nacionales, subió el voto en blanco por encima del resto del país.
Claramente esto no es una casualidad. A las pruebas me remito:
El voto en blanco para las listas de diputados fue del 2,74%, pero en los distritos en los que se eligieron ambas categorías creció considerablemente. Por ejemplo: en la Ciudad de Buenos Aires, fue del 4,61%; en Chaco, fue del 9,26%; en Entre Ríos, alcanzó el 9,90%; en Neuquén, llegó al 9,30%; en Río Negro, fue del 7,57%; en Salta, fue del 9,55%; en Santiago del Estero fue del 4,88% y en Tierra del Fuego alcanzó el 6,99%.
En seis de esos ocho distritos, todos menos la Ciudad de Buenos Aires y Santiago del Estero, la suma de los votos en blanco con los nulos en la categoría de diputados superó el 10% del total.
Dicho de otra manera, muchas personas, marcaron la cruz en la fila horizontal de arriba de la BUP, lo que resultaba en el voto para el Senado, pero no hicieron lo propio en la mitad inferior, donde se votaban los diputados. Por ese motivo, hubo más votos efectivos a senadores que a diputados en esas provincias y la Capital Federal. Por otra parte, en la provincia de Buenos Aires donde ya se había votado la categoria de senadores en septiembre, muchas personas colocaban una doble cruz arriba y otra abajo de la misma columna. Al momento del escrutinio varios de estos casos fueron llevados a voto en blaco, finalmente.
O se trata de una falla en la implementación toda vez que practicamente se careció de campañas informativas, o algun pícaro ideó la manera de poner en práctica una forma de trampear al electorado.
Pero como no me llevo bien con las teorías conspirativas, quizá solo se trate de una mala interpretación.
Ya que no hay reclamos al respecto.
Salvo que le sumemos la complicidad de la oposición. 🤔
Graciela Zorrilla
Directora




