COLUMNA DE OPINION

Fortín Malvinas

Por VGM Enrique Oscar AGUILAR

 

Nota realizada por la agrupación “HERENCIA MALVINAS ESCOBAR”

(Integrada por Hijos de Veteranos de Malvinas de Escobar)

Ciclo de Charlas

Invitado Nº 2 VGM Luis A. González con la participación del VGM  Rubén Rosas.

Reunido con Herencia Malvinas, con mates y facturas de por medio, Luis comenzó a relatarnos su historia: su infancia en la isla, su adolescencia y juventud de trabajo.

Luis nos cuenta que estaba entusiasmado por realizar el servicio militar, ya que siempre escuchaba las historias de su padre y hermano, quienes habían cumplido servicio. La información de participación llegaba a través de cartas por correo, y él la esperaba ansioso, ya que quería vivir la experiencia. En Marzo de 1981 llegó a Ramos Mejía, donde reclutaban a todos, 346 era su número de sorteo (según el rango de números era la fuerza que les tocaba), a Luis le tocó Ejército. Fue así como en Villa Martelli lo esperaba su destino «El Batallón logístico 10». Luis posee una increíble memoria y es así como recuerda aquel caluroso 1er día, esperando la orden. Fue derivado al Casino, del cual no expresó malos recuerdos, sino anécdotas muy divertidas.

Una madrugada mientras Luis hacía guardia, escuchó en la radio la noticia de la supuesta recuperación de las Islas. El veterano recapitula la mezcla de emociones que se daba entre sus compañeros: algunos estaban contentos y felices mientras que otros se mostraban preocupados y pesimistas, sobre todo por el armamento inglés.

Sus superiores les habían dicho que el regimiento al cual pertenecía no participaría del conflicto.

Luis nos cuenta que él no estaba designado para ir, pero se ofreció voluntariamente. Sus superiores no querían que vaya y tras 2 intentos fallidos de ingresar, en el 3ro logró el permiso, y le dieron la ropa y borceguís, con los que comenzaría su destino marcado de por vida. Luis no dio aviso a su familia, por lo que ellos preocupados y sin tener noticias, se acercaron y les informaron que su batallón había sido trasladado al sur. Mediante cartas, las cuales tardaban aprox. 15 días en llegar, pudo decirle a su madre que se encontraba en las Islas, bien y contento por lo que estaba viviendo.

El 13 de abril, desde Comodoro Rivadavia, en un avión sin asientos, llegó a Malvinas, y en Puerto Argentino acondicionaron un galpón para proceder al reparto de víveres. Ellos se encargaban de repartir todo lo que llegaba, incluso donaciones de la gente, también llegaban muchas cartas de las cuales él llego a contestar algunas; la gente muy solidaria solía escribir, entre ellos familiares, maestros, alumnos, etc.

El veterano recuerda los días muy fríos, viento en todo el cuerpo y los pies helados debido a la humedad, decía que era «como caminar en una esponja», tal es así que después de Malvinas no volvió a crecerle bello en las piernas.
Luis nos contaba que las noches se hacían muy largas bajo refugio y trincheras, y lo peor era escuchar el sonido de los bombardeos, sin saber dónde caerían.

Cuando la guerra terminó sintió un sabor amargo, por querer hacer más, sin embargo, hasta el último día estuvo repartiendo vivieres y cumpliendo con su deber, su Batallón había cumplido con su misión.

Pudo traerse monedas, las cuales repartió a su padre, su hermano y él se hizo un llavero, que aún conserva.

Luis llegó a Campo de Mayo, donde les realizaron una revisación médica, la cual fue muy superficial. Al salir, se tomó dos colectivos con destino a su hogar, llegando la noche del 20 de Junio de 1982, coincidiendo con el día de cumpleaños de su padre, quien mientras cocinaba el tradicional locro de cumpleaños, salía a la puerta y decía «hoy va a venir mi hijo».

El veterano nos cuenta que fue muy bien recibido por el intendente en aquel entonces, con desfile de por medio en el acto del 9 de Julio.

Durante la guerra y a su llegada, expresa que él no tomo real consciencia y dimensión de lo vivido, y fue así que el veterano ubica que aproximadamente 10 años después pudo comenzar a entender lo sucedido, trayendo esto consecuencias, como a cada uno de nuestros héroes.

Como reflexión, Luis manifiesta sentirse orgulloso, y nos motiva a seguir adelante con la causa Malvinas, ya que somos y tenemos el legado de la continuidad de todo esto. Por último agrega que su mayor deseo es que las Islas se recuperen.

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