Un hombre, al estar, escuchó de él conversando con su un amigo:
«Es demasiado tarde». He programado toda mi vida tal como soy y
ahora soy viejo y creo que es demasiado tarde para cambiar».
No puede ser «demasiado tarde» para que alguien abra su corazón
a Jesús. Y aunque este «demasiado tarde» no llegue, sin Cristo
no habrá paz, ni presencia de Dios, ni gracia. Y un día,
realmente será «demasiado tarde» para recibir paz y salvación.
Hay un dicho popular que dice: «Mientras haya vida, hay
esperanza». Y nuestra esperanza es Cristo. Él es el autor de
nuestra fe, el responsable de nuestra paz, el dador de
nuestra salvación. Él nos amó, continúa amándonos, nos amará
por toda la eternidad. En Él todo es posible, en Él somos
más que victoriosos.
Felices son aquellos que comienzan a vivir con Cristo en sus
corazones desde una edad muy temprana. Felices son aquellos
que, incluso cuando ya no son jóvenes, acogen con alegría al
Salvador en sus vidas. Felices son aquellos para quienes no
hay «demasiado tarde».
¿Todavía crees que es «demasiado tarde» o «siempre es hora»
de confiar en Dios?
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires) recibe un saludo,
y mi deseo que Dios te Bendiga y prospere en todo lo que
emprendas, y derrame sobre tí, Salud, Paz, Amor,
y mucha Prosperidad.
Columnista, escritor, historiador e investigador