Interés General

Se entregó lo recaudado en la Colecta Solidaria de la Sociedad de Fomento de Ingeniero Maschwitz

Cuando el corazón habla.

Tras el temporal de lluvia y viento que azotó la Zona Norte de la provincia de Buenos Aires la semana anterior y provocó inundaciones y centenas de evacuados en Campana, una de las zonas más afectadas, el pueblo argentino mostró su solidaridad y empatía una vez más. Distintos organismos y entidades colaboraron con los damnificados llevando alimentos, articulos de limpieza, ropa de abrigo y calzados.

Entre ellas, integrantes de la Sociedad de Fomento de Ingeniero Maschwitz realizaron una colecta y campaña solidaria el sabado por la tarde y el domingo a la mañana, y viajaron el mismo día a la ciudad vecina  para entregar lo juntado.

Los datos crudos usted ya los conoce: «cayeron cerca de 400 milímetros de agua. Alrededor de mil evacuados en una ciudad inundada por el desborde de la cuenca del Río Areco que arrastraba el agua de lo que llovió en Areco y Exaltación de la Cruz. Usted leyó los titulares, vio las fotos, compartió videos, y aprovechó para conocerle la cara a más de un funcionario que solo aparecen en situaciones como éstas. Es decir, el día después.

Por eso, Escobar a Diario quiere contarle la misma historia, pero desde otro lugar, y por ello nos comunicamos con la presidenta de la Sociedad de Fomentode Ingeniero Maschwitz, Florencia Galetto, quien nos abrió su corazon, y nos dijo:

«Uno de los mayores, sino el mejor regalo de vida que me han dejado, fue repetirme una y otra vez… que siempre, siempre siga a mi corazón… Por qué? Porque las decisiones que tomamos con el cora, pueden salir bien o mal, pero jamás nos arrepentiremos de seguir ciegamente esas corazonadas…siempre desde el amor…

Porque el corazón habla, se hace escuchar, GRITA, REVOLUCIONA, e IMPULSA a los seres a movilizarse…
Y esto, exactamente me sucedió una semana atras. Ese golpeteo tan fuerte dentro del pecho despertó todos mis sentidos, y sin dudarlo me lance a este colectivo de amor, de empatia, de solidaridad.
Mi cuerpo, corazon y mente totalmente invadidos por la utopia construida con los valores adquiridos y que espero defender el resto de mi vida… todos ellos fusionados en un equipo interno invencible; y asi simplemente me puse a trabajar.

No tardaron en llegar aquellos corazones compañeros y cómplices dispuestos a activar, a sumar manos y lo más valioso que tenemos, TIEMPO…
En el nudo de esta historia se presento alguna que otra piedra en el camino… pero prevalecío y abundaron las almas generosas, las buenas energías, las inmensas ganas de concretar lo iniciado, y esos seres de luz que caminan por este mundo…

Las historias de vida emergieron sin fin.
Particularmente no creo en las casualidades… con los años lo compruebo, y que cada segundo de nuestro respirar está minuciosamente orquestado y conectado, cual enjambre de hilos… mágico y divino…
Y de repente me encontraba ayudando a la nueva residente de la casa que me vio crecer… o recibiendo donaciones de un viejo vecino, que traza su camino en otro país…

Recorrimos barrios locales, llevando a diferentes hogares un poquito de todo ese amor acumulado… porque no solo es la ayuda material que uno puede proveer, es brindar un abrazo, es hacerle saber al otro que no está solo, que alguien se está acordando de ellos…

Finalmente el domingo pasado emprendimos un viaje un poco más largo, para llegar a la localidad vecina de Campana, en donde el último temporal azotó con más crudeza.

Otra no casualidad, nos cruzo y nos puso frente dos seres maravillosos. Uno más experimentado, y otro, tan joven, pero tan comprometido, con tanta grandeza encima, lleno de amor y dispuesto a entregar toda su energía al servicio de quien lo necesite…

Vimos la carencia en su máxima expresión, la desolación y la incertidumbre cubriendolo todo indiscriminadamente… pero la humildad, la calidez de los vecinos intacta, y el jugar de los niños en las calles, le gano la batalla al arrasamiento…

A diferencia de otros, que sus razones tendrán, esta campaña jamás tuvo como resultado final retratar identidades… como si la situación no fuera lo suficientemente dura como para vulnerabilizar más a una persona…
Las imágenes las atesoramos en el corazón, en el calor de esos abrazos y en los innumerables «GRACIAS»….

Los temporales pasan, la lluvia cesa…pero la solidaridad, la empatia y el amor hacia el prójimo seguira encendido en todos los corazones de cada uno, de los que hicieron y hacen que esto sea posible…

Infinitas gracias a todos los que colaboraron, a todos los que se acercaron a depositar su granito de arena.
Y especialmente a los ángeles que me acompañaron en este camino, en cuerpo y alma…
A mi hija Guada, a Marcela Rivero, a Barbara Prado, a Gustavo y Diego Bonini, a Fer Pavez, a Federico y Florencia…
A un ser extremadamente especial, Carlos Casale…
A «Cacho» Ruiz Moreno y a Alexis…
Y a mi mamá, que me acompaña siempre, a cada segundo, a quien gracias a su ejemplo hoy soy quien soy…

Flor Galetto.

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