“ De mi Barrio con amor ”
Parte I
Hace poco leí que “Perro aullando a la luna”, la pintura de Rufino Tamayo se vendió en U$S 5.000.000
Obviamente lo adquirió un millonario que lo mostrara orgulloso a sus amistades, quienes seguramente se conmoverán, como corresponde, ante todo lo que sugiere este estremecedor documento, pintado en plena 2* guerra mundial. Una obra extraordinaria y emparentada con el “Guernica” de Picasso y con “El Grito” del noruego Eduard Munch.
Leer esa noticia me recordó un viejo dilema… Quien es más rico? Quien mas tiene o quien menos necesita? Porque en mi barrio, casi todas las noches, tenemos un Tamayo en vivo…
¡Como en vivo?: Cuando un montón de perros, aúllan a la luna en una especie de coro desafinado, cada vecino se conmueve e interpreta aquel sonido de acuerdo a su estado de ánimo y a su sensibilidad.
Como sucede cuando uno observa una obra de arte.
Que maravilla – pensé – un Tamayo en vivo y gratis… Y comencé a darme cuenta que mi barrio era y es, como una bellísima exposición de arte, en vivo y al aire libre y cerrando lo ojos podría decir… casi holográfico.
Los invito a recorrerlo…
Las señoritas de la calle Avignon” de Pablo Picasso, convoca a miles de espectadores en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Una reliquia de los inicios del cubismo que refleja la visión de Picasso, sobre un burdel de Barcelona, que supuestamente visito en su juventud.
Realizado con mente y ojos de artista, el maestro, utilizando formas geométricas, nos dejo una obra que permite muchas interpretaciones e inició un movimiento que modificó la historia del arte.
A la vuelta de mi casa, “El Rancho del Negro Miguel”, además de ser geométricamente perfecto, también albergaba señoritas hermosas, alegres y divertidas que siempre te recibían amorosamente.
¿Qué no tendría el lujo de aquel burdel de Picasso? No lo se.
¿Qué las señoritas no serían tan refinadas? Nunca se sabrá, la pintura es de 1907. Época de la primera guerra mundial.
Lo cierto es que las travesuras y/o transgresiones que allí se cometieron eran las mismas… ¿o no?
Posiblemente, si aquel Pablo nos hubiese conocido, el cuadro se titularía “Las Señoritas de la calle Alem” Que maravilla…una increíble exposición de arte
***
El espíritu de Botero…
Pareciera que el espíritu de Botero se instalo en mi barrio.
Les gusta el arte..? Vengan y se sorprenderán con una exhibición en vivo del gran pintor. Verán desfilar algunas de sus modelos en las tareas más cotidianas.
Barriendo despreocupadamente una vereda o en la carnicería o el almacén, cargando algún bebe en brazos o regando con una manguera la calle de tierra.
Si…el espíritu de Botero vive en mi barrio.
***
Todas las manifestaciones artísticas las encontraras acá.
El cine… Derzú Uzala, la gran película de Akira Kurosawa…
El viejo y querido vecino Antonio Guida, era, con sus trampas de cazar nutrias, sus señuelos, parapetos y escopeta, el “Derzú Uzala” del barrio. Rudo, audaz, bondadoso, pícaro, noble y humano como el cazador que el gran Akira Kurosawa inmortalizo en su película
Diego Velázquez
El Museo del Prado exhibe la obra de Diego Velázquez “El triunfo de Baco” o “Los Borrachos” como un tesoro del arte barroco. Y por cierto que lo es…
Pero no conocieron a “Los borrachines” de mi barrio, maravillosos equilibristas, campeones de piruetas, divertidos decidores de piropos y fieles adoradores del Dios Baco.
Lastima que Velázquez no anduvo por acá.
Pinta tu aldea…decía León Tolstoi…
Rene Magritte jamás hubiese podido hacer su extraordinaria pintura surrealista “Los Amantes” en mi barrio.
En la obra se ven dos personas besándose, con los rostros cubiertos por una tela, ocultando esa relación, algo que en mi barrio hubiese sido imposible.
Como contrapartida, si el dominicano Pedro Fabio Veras, pintaba su obra “El espíritu del chisme” inspirándose en mi barrio, hoy estaríamos ante algo sublime e insuperable.
***
Y el tango no podía faltar…
Un icono del arrabal es un tipo vestido con un saco ajustado, Funyi (sombrero) y lengue (pañuelo blanco al cuello).
Todas las tardes pasaba un viejo que vivía en un conventillo del fondo, con cara de malo y vestido de esa manera. Como nunca saludaba a nadie y ni siquiera sabíamos su nombre, se lo bautizo “Arrabal Amargo”.
El día que murió, cerraron el velorio por falta de público. No lo quería nadie.
Pero su figura, pasando altanera, quedo grabada como un fresco en la memoria de todos los que lo conocimos.
***
Acá termina el recorrido, hemos “visto” las obras mas destacadas, pero, como quien visita el Museo del Louvre, la visita no se agota en un solo día…
La calle Génova que apenas tiene 200 Mts y sus alrededores, tienen muchas “obras de arte” dignas de conocer…
Nos vemos en la próxima visita…
Hagan sus reservas con anticipación…
Muchas gracias / Juan Carlos Villalba
Realizador cinematográfico, guionista y escritor
