¿Tenemos miedo a ser bondadosos? Ser bondadoso es una cualidad humana que, lamentablemente, no abunda… ¿Será porque para muchas personas no les es sencilla ni fácil?
Sin compasión y bondad iremos moviéndonos por la vida y no seremos notados, proclamaremos algo y nadie escuchará; reclamaremos y no se nos dará… El brillo de Cristo, que debe ser nuestra principal caracterización, no se verá.
La generosidad y la misericordia son dones que Cristo nos ha dado y, si los despreciamos, al igual que el otro bello don, que es la compasión, Él de todos modos no permitirá que esta bendición termine; cada día El Señor seguirá dando más y más, hasta que espiritualmente nos despertamos y comencemos con la tarea de procurar un mundo más feliz y mejor; así, construimos y hacemos su voluntad.
¿Qué estamos esperando para sembrar el amor de Dios que existe en nuestros corazones?
Muy a menudo el egoísmo nos aleja de la vida que Dios desea para nosotros; no cedamos, no cerremos nuestro corazón. Él, en nuestros corazones, sembró misericordia y amor, y espera que los usemos para hacer bien a los que se nos acercan… No despreciemos la compasión que existe en nuestros corazones; Dios nunca hará lo mismo.
En muchos, la vida les transcurre buscando en todas partes alegría bendiciones, y no entienden que en nosotros ya está la bendición y que la voluntad de Dios es que la pasemos y distribuyamos por todos los lares que vamos.
En esta tierra, la bondad es lo más bello; es la luz de nuestro espíritu que nos hace nobles; nobles como un abrazo sincero.
Bondad y compasión son reflejo del Amor de Dios y, contrariamente, la envidia, la soberbia y el odio ensucian la vida.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un saludo, y mi deseo de que la vida te sonría y permita que prosperes en todo, derramando sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha prosperidad.
Claudio Valerio
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