En la Iglesia católica, cuando se festeja, honra a los santos y santas, como los beatos/as se hace esa referencia a ese día especial del año en que el mismo está en la lista de los canonizados; es un día de fiesta a la persona que, por sus milagros a lo largo de su vida la Iglesia lo celebra.
Pero a un Santo, no solo se lo celebra en su Día; puede ser cualquier otro, ya sea por recuerdo, agradecimiento, o bien iluminación … Tal es este caso que hoy escribo.
Cosme es un nombre que proviene del griego Κοσμάς, «adornado». Damián se origina del verbo δαμάζω (dominar, someter, domar), del que deriva del nombre en griego Δαμιανός (domador). Para ambos casos nombres propios masculinos del español.
Nacidos en Egea (Cilicia) en el siglo III d.C., los hermanos gemelos Cosme y Damián, estudiaron Medicina y popularmente fueron muy reconocidos cosa que, según se dice, atrajo a muchas personas al cristianismo. Ellos eran doctores humanitarios, dado que ejercían su profesión de manera gratuita, consiguiendo con ello gran popularidad.
Estos dos médicos mártires, muy famosos y venerados en la era cristiana, fueron objeto de muchas leyendas como consecuencia de la falta de datos históricos. Como ya se dijera, eran médicos «senza denaro», o “anargiri” (curaban las enfermedades sin cobrar), y en la ciudad de Cirro (en griego: Κύρρος, Kyrrhos), Siria, a finales del siglo III, los gemelos fueron brutalmente martirizados, siendo condenados, torturados, crucificados, apedreados, asaeteados (les lanzaban flechas) y decapitados, para concluir.
El milagro que se les atribuyen es el del diácono Justiniano quien, estndo al borde de la muerte por una isquemia (reducción del flujo sanguíneo) en una de sus piernas, rezó a los hoy santos pidiendo su curación. Y es así que Cosme y Damián se le aparecieron en un sueño, portando instrumental quirúrgico al lado de su cama y procedieron a amputarle la pierna enferma y se la reemplazaron por la de un hombre muerto ese mismo día. Así Justiniano, al despertar, sintió que había recobrado salud y fuerza y, al recordar el sueño y al mirarse la pierna, comprobó que la tenía sana y sin vestigio de enfermedad. Todo esto, según cuenta Santiago de la Vorágine en su libro “La leyenda áurea”.
En honor a los dos santos, el Papa Félix IV mandó construir una basílica en el Foro de Vespasiano de Roma y, a lo largo de los siglos siguientes, numerosas fueron iglesias construidas por el mundo dedicadas a ellos, para pedirles su intercesión y recordar sus buenas.
San Cosme y San Damián y “El primer trasplante” (Trasplante en el arte)
A los Santos Médicos Cosme y Damián se les invocaba contra el muermo, una enfermedad transmisible al ser humano de las caballerías, caracterizada por el flujo de la mucosa nasal, ulceración e infarto de los ganglios linfáticos próximos; contra la tiña, enfermedad de la piel por causa de un tipo de hongo crece y se multiplica en la ella; contra la peste; pero, sobre todo, se les invocaba, la inflamación de las glándulas. Cosme y Damián son, hoy por hoy, los santos patronos de los médicos, cirujanos, farmacéuticos y de los hospitales.
Oración a estos Santos Médicos y Mártires: Proclamamos, Señor, tu grandeza al celebrar la memoria de tus mártires Cosme y Damián, porque a ellos les diste el premio de la gloria y a nosotros nos proteges con tu maravillosa providencia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un saludo, y mi deseo que Dios te Bendiga y prospere en todo; y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha prosperidad.
Claudio Valerio
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