COLUMNA DE OPINION

Los Registros Akáshicos y el Proceso de Muerte

Rocío Maricel Alfonzo Lamela

Podría decir que los Registros Akáshicos son una comunicación directa con el campo cuántico, con otros planos sutiles que habitan en todo lo que existe.

Hoy quiero contarles cómo comenzó esto para mí, hasta el día de hoy donde los Registros Akáshicos son parte de mí día a día. Ya que abro para otras Personas, Animales, Lugares, Instituciones, y a la vez lo utilizo en mi vida diaria, en nuestro hogar.

Todo comenzó hace unos 11 años. En el 2013 fallece mi primer novio, Santiago Urbaneja, con 3 amigos más, en un accidente de auto. De un momento al otro, el dolor me atravesó profundamente el alma. Todo se puso patas para arriba, entré en un estado muy depresivo, los médicos me habían dado una pastilla, para “apaciguar mis emociones”, la realidad era que yo no quería sentirme drogada, necesitaba sentir y llorar, gritar todo lo que en ese momento me atravesaba, dejar a mi cuerpo descansar en ese dolor.

Así fue que me permití habitar todo ese proceso crudo de duelo, (ya que elegí no tomar las pastillas), hasta que un día me mire al espejo, y me dije, no puedo seguir así, estaba realmente muy mal. Así que poco a poco, comencé a investigar sobre el tema de la muerte, internamente todo terminaba hacía la pregunta de ¿Qué es la muerte? ¿Qué le paso? ¿Dónde está? Comenzaron a llegar personas y situaciones donde me empezaban a compartir diferentes visiones, libros, lugares a donde ir.

Comencé con un libro, que me regalo una amiga, “Muchas vidas, muchos maestros”. Este libro me abrió completamente la percepción de la situación, y comencé a indagar y experimentar diferentes técnicas.

Comencé con sesiones de Reiki, que me ayudaron muchísimo, también hice una sesión con una Medium, para conectarme con él. Después comencé a hacer Constelaciones Familiares, y algunas herramientas más. Todo esto me ayudo a ganar fuerzas para poder confiar de a poco nuevamente en la vida, me acuerdo de pensar, si él está muerto, ¿qué me puede pasar? Él me cuida, puedo comenzar a animarme a ser yo misma. Me pregunté por mi vida, que era mi vida para mí, que hacía en mi vida, que es lo que realmente quería, y la respuesta fue que no sabía.

Así fue que comencé a planear un viaje hasta Machu Pichu (lugar donde habíamos dicho de ir a conocer juntos y puse de objetivo para lanzar un collar que él me había regalado, como proceso de transformación y de cierre desde el Amor.) Al año más o menos, ya había renunciado al trabajo, ahorrado un poco de dinero, me había ido a comprar las cosas que iba a necesitar para irme de viaje de mochilera.

Comencé a hacer cosas que nunca había hecho, viaje más, andaba en bici a la madrugada cuando no podía dormir, me sentía libre, y protegida a cada momento. Comencé a sentir su presencia, y a dejarme guiar, y así las cosas comenzaron a alinearse y a darse de formas súper inesperadas. Así termine viajando un año, comenzando por el norte argentino, Bolivia, Perú, y Ecuador. Luego también viví en diferentes Comunidades Sustentables en Misiones, y en Córdoba. Todo este gran viaje, me habilitó una conexión muy profunda con la vida, con la naturaleza, viví en la Selva, con chamanes, me inicie en Reiki, y en otras técnicas, me entregue a la naturaleza y su sabiduría. Me deje sostener por ella.

Así comencé a experimentar situaciones en donde todo me llevaba a creer en eso MÁS, en las intuiciones, en la magia, en la vida después de la muerte. Me comencé a formar a mí misma a practicar, a entrenar, en la vida misma y su caos.

Profundice en esa comunicación más allá de la materia, con la Unión de todo lo que Existe. Con la energía, con el Alma, con lo sutil. Con esa percepción que se escucha en el silencio. Con el campo cuántico de todo. Con el alma, y las emociones de los demás, las partes más “ocultas”.

Así los Registros Akáshicos fueron la UNIÓN, de todo este proceso integrado en mi. Ya que brinda de una forma cuidada y práctica la posibilidad de entrar en este Espacio Cuántico, y tener una comunicación CLARA, SINCERA y REAL con todo eso que nos acompaña vayamos a donde vayamos, nuestra historia, la historia de la vida, de la sociedad, (almas desencarnadas, miedos profundos, fobias, problemas cotidianos, conflictos familiares, laborales etc.)

Te ayuda a comprender el PARA QUE de todo lo que somos y vivimos, y te da posibilidad de moverte de lugar y aprender a vivenciar eso mismo, más integrando su propósito divino, te da la posibilidad de nutrirte de todo lo que te acontece.

Y la Muerte es la forma más clara de verlo, cada persona que desencarna, nos deja una “dosis” de Vida y de Amor para integrar, nos despeja el camino, esa persona vino a dar lo que vino a dar el tiempo de su Alma, y cierra su proceso en este plano físico, y su Alma sigue su camino energético. La muerte es Vida también, ya que la persona, lo que hizo, lo que nos brindó, su paso por esta vida, nunca muere, deja su huella para siempre. Nos deja esa nutrición eterna en nuestra alma. Y la vida está creada con millones de huellas y corazones que latieron y laten, y todos ellos están y viven en el corazón de cada uno de nosotros, en el corazón de esta Tierra y de toda esta Creación. Somos todo lo que vivió, lo que murió y lo que nace de nuevo. Todo está en nosotros. Todo deja huella, por eso hace la diferencia observar que tipo de huella dejamos, de qué forma lidiamos con nuestra vida, con sus complicaciones, muertes, dolores, logros, reencontrarnos con esa verdad es llevarnos a madurar, y a transformar para poder crear de una forma mucho más real y amorosa, mucho más sincera y orgánica, donde lo que nos duela nos pueda también nutrir y fortalecer, y no sólo quedarnos en padecerlo y que nos adormezca el dolor, la muerte, el enojo, las complicaciones de la vida, sino también atravesar el puente de la profundidad y la incomodidad de la propia vida, y llegar poco a poco al final del túnel, para encontrar la nutrición, para encontrar el regalo de esta muerte, el lugar donde nos pueda abrazar y enseñar a amar más la vida, amarnos más a nosotros mismos, a animarnos a Ser más nosotros mismos, la muerte nos da Libertad también, nos brinda una forma nueva de aprender a vincularnos con la vida, y con la muerte. Nos enseña una y otra vez, lo frágil y vulnerable que es esta vida humana y material, aun cuando parezca que todo es materialmente concreto y para siempre, todo es un gran átomo de energía transformándose en vida muerte y vida nuevamente.

Estamos en un momento de gran desesperación y hay una gran necesidad que tenemos como humanos de conectarnos internamente con algo mucho más allá que nuestra mente, es urgente la conexión con lo natural, con el alma, con la energía que existe en Todo. Aprender de la naturaleza y sus ciclos, y la nutrición de Todo lo que ella ES. Y nosotros somos Naturaleza.

Es necesario para poder aprender a cuidar este plano energético y sutil, que también somos, para calmar a la mente, calmar al corazón, aprender a lidiar con nosotros mismos, con nuestras emociones, debilidades, oscuridades. Y poder sentirnos sostenidos y con un propósito más claro, más integral.

Ya que si sólo nos dejamos llevar por la realidad física y por la superficie de lo que existe, perdemos totalmente la cabeza, nos volvemos fríos y con mucha falta de empatía, desconectados. Ya que la superficie es muy caótica, nos amolda para poder sobrevivir. Y que se salve quien pueda. El alma guía de una forma más integral, armoniosa y en unión, de que todos ocupamos un lugar sagrado, aun cuando eso despierte dolor, o sea muerte.

Si uno se permite adentrarse en el misterio de la conexión profunda internamente, en esa voz más sutil y más sensible, si habilita ese espacio cuántico en uno, esa conexión con tu alma, y el alma de todo, la mirada se vuelve más amplia, uno comienza a experimentar una forma de vivir totalmente nueva, y se abre una caja de Pandora, una realidad llena de posibilidades, aprendiendo a enfrentar a los miedos, a habitar el dolor, y uno comienza a despertar una sabiduría emocional, más acorde y real con uno mismo, las verdades comienzan a tener lugar, la intuición comienza a ser el timón, el amor la solución, los cuidados reales una forma de vida, y las herramientas de consciencia un puente a la transformación y aprendizaje de cómo lidiar y aprender a ver ese algo más, en el caos de cada día. Esa miel que nos está esperando a todos en el final de cada laberinto oscuro del alma que vamos atravesando y así aprender a vivir como almas en cuerpos humanos, creando realidades totalmente unidas también a lo Universal, al Cielo, a lo Sensible, a lo Sutil, a lo diferente. Creando un nuevo Mundo donde la Naturaleza sea guía, nuestro cuerpo sagrado, y se aprenda a Vivir, y no solo a Sobrevivir.

Rocío Maricel Alfonzo Lamela
Ser Puente Tierra Cristal
Universo de Minerales y Sesiones de Registros Akáshicos.

Noticias relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Close