Podemos considerar a la fragilidad como algo hermoso a partir de la cual se puede aceptar y valorar algún aspecto de nuestra vida como, por ejemplo, nuestro miedo más profundo, nuestras fragilidades, nuestra vulnerabilidad. La fragilidad es una condición humana caracterizada por, por ejemplo, un deterioro progresivo del intelecto relacionado con la edad, o bien por la forma en que uno puede manifestarse en situaciones diferentes como frustraciones, enfermedades, accidentes…
La pandemia fue mucho ayudó a todo lo que se refiere a la exposición de nuestra fragilidad y vulnerabilidad frente a las adversidades, a la forma de realizar procesos contractuales y negocios; además de ésas emociones sentidas, y de manera predominante, como lo son el estrés y el miedo. Escuelas cerradas, complicaciones en el cuidado y educación infantil, adaptarse a las modalidades de trabajo en el hogar y, lamentablemente, hasta que algunas personas quizás no hayan podido trabajar…
Pero la pandemia también transformó a la escritura y lectura literaria como una actividad para ser compartida solitariamente, a partir de vernos obligados a tener que encontrar una voz literaria auténtica y propia, como también sincera.
Hoy quiero, a partir de este escrito, compartir las letras de una escritora de Cuba, Raquel Rodríguez Sabido; ella, generosamente nos comparte su escritura que, seguramente, son el resultado de una experiencia y agradecimiento a la vida.
SIN MIEDO – Raquel Rodríguez Sabido
Ahí está ella… Reluciente
Blanca como la pureza a los ojos de todos
Sin miedo
No quiere aplauso ni reverencia
Si cuando nadie notaba su presencia
Si cuando se encontraba sin fuerza
Si cuando pensaron que no nacía
Si cuando pensaban que era hierba
Invisible para mucha gente
Ella solita se abrió paso entre la maleza
Sola… Abrió sus brazos a la vida
A la pasión
A los sueños
A la ilusión
Y esa maleza que la asfixiaba, que no la dejaba nacer , que la quería perdida
Quedó pequeña ante su presencia
Porque ahí está ella
Valiente, fuerte y decidida
Sin miedo a nada y mucho amor a la vida
Más allá de nuestras fragilidades, que las mismas nos permitan volver a nuestra dignidad, a la verdadera libertad; a que podamos hacernos personas más resilientes y mejores.
Desde la ciudad de Campana, Buenos Aires, recibe un Abrazo y mi deseo de que Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes en todo, derramando sobre ti Vida, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
© Valerius