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24 de enero: Día Internacional de la Educación
Esta fecha fue proclamada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de concientizar a todo el planeta de la importancia de la educación para conseguir los objetivos de desarrollo sostenible y concretamente una educación de calidad.
Durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19 que ha afectado al mundo entero, la educación ha sido uno de los aspectos más afectados, ya que millones de niños no han podido ir a la escuela, y ha supuesto la falta de escolarización para niños y niñas más vulnerables, sobre todo en los países pobres y con falta de recursos.
Por ello, el tema del Día Internacional de la Educación 2021 es: “Recuperar y revitalizar la educación para la generación COVID-19”
Aunque se han hecho verdaderos esfuerzos por la educación, en muchos países ha sido imposible una educación de calidad a distancia.
Así, en este 2021, el lema del Día Internacional de la Educación se centra en la recuperación y la revitalización para una generación entera que se ha visto afectada.
El Derecho a la Educación es un derecho humano, sin embargo, aún hay muchas carencias y los datos hacen pensar que queda mucho por hacer.
En el mundo hay aproximadamente 258 millones de niños y jóvenes sin escolarizar.
617 millones de niños y adolescentes no saben leer ni tienen conocimientos básicos de matemáticas, lo mínimo para defenderse en la vida cotidiana.
En los países en desarrollo el 91% de los niños se matriculan en la escuela, pero de ellos, 57 millones de niños no asisten a la escuela.
Mientras África Subsahariana tiene el record de niños sin escolarizar, los conflictos y guerras impiden que los niños asistan al colegio. Los niños refugiados tampoco pueden asistir, alcanzando la cifra de 4 millones.
La educación es la base para una sociedad justa, igualitaria y autosuficiente. La educación aumenta la productividad de las personas y como consecuencia, el potencial de crecimiento económico. La educación ayuda a erradicar la pobreza y el hambre, contribuye a mejorar la salud, promueve la igualdad de género y puede reducir la desigualdad. En definitiva, hace sociedades mejores.