Un general estadounidense dijo una vez que una guerra se podría ganar sin sus oficiales, pero no se puede ganar sin sus soldados.
Y las buenas obras a través de la iglesia, o de instituciones benéficas, ¿dependen más de líderes o de las personas comunes y corrientes? Si somos, miembros de alguna iglesia, debemos salir a llevar la buena palabra, vocablos que hablen de la salvación, de la esperanza, del amor; deberíamos solidarizarnos con los enfermos, y visitarlos; ser más participativos de las reuniones comunitarias y rezar, haciéndolo por aquellos están lejos de la comunión y pedir intercesión para conseguir una mejor evangelización nuestra y de nuestros pares.
Nuestra participación es fundamental para el éxito de las misiones, ya sea haciendo como actuando y yendo a buscar a aquellos perdidos y convencer a sus corazones; también orando para que el Espíritu Santo actúe en nosotros para que todos los trabajos alcancen sus propósitos y, con ellos, se logren mejorar condiciones de vidas; y, por qué no, sea consiguiendo una cooperación financiera, indispensable en estos duros momentos del rudo presente.
Hay muchos que valoran el liderazgo que tienen, el puesto que ocupan y justamente han alcanzado; y merecedores de los aplausos por las bendiciones alcanzadas. Todo eso es importante, por supuesto; pero, ¿es el más importante? No más más vale ganar la sonrisa de un niño, de un afligido, de un deprimido, que algunos puestos de liderazgo en las asociaciones y mismo en la iglesia… Cuando somos fieles a nuestros principios de bien, en lugar de sólo felicitaciones de las asociaciones o de la iglesia, recibimos el reconocimiento del Cielo, que es un agradecimiento mayor.
Recibamos el deleite en hacer tu voluntad y que, dentro de nuestro corazón, haya alegría; porque sentiremos gran alegría cuando nuestros labios digan lo que es justo.
¿Ya nos hemos comprometido con Dios?… Que ese hallazgo sea para bienestar afectos positivos.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires) recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes en todo, y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
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