COLUMNA DE OPINION

Pleni-pausia: La segunda primavera

Por Gretel Islas

 

Si sos mujer y has pasado ese borde siniestro que implican los 45-55 años el fantasma acecha: La pérdida de la juventud. El cese de tu ciclo menstrual amenaza llevarse consigo tu propia femineidad.

Es abrumador sólo imaginarlo.

Después de 12 a 24 meses sin presencia de menstruación se considera que una mujer ya está dentro de la menopausia. Lo previo es un ciclo de completa irregularidad llamado pre-menopausia.

Los síntomas se hacen figura, devienen como consecuencia de una baja hormonal natural y esperable.

 

A nivel físico en general pueden aparecer:

  • Osteoporosis
  • Sofocos
  • Dificultades del sistema circulatorio
  • Aumento de peso y cambios corporales

 

A nivel emocional:

  • Sensación de falta de energía
  • Anhedonia (dificultad para experimentar placer en situaciones en las que antes lo sentías)
  • Los famosos cambios de humor: irritabilidad, desgano, apatía y mayor sensibilidad

 

A nivel ginecológico y sexual:

  • Sequedad (¡en todas partes!)
  • Infecciones urinarias
  • Falta de elasticidad de la vagina
  • Tensión en los senos
  • Cambios en la líbido y el deseo sexual

 

La otra punta del ciclo femenino ocurre en la pubertad, cuando recibimos nuestra menarca o menarquía (primera menstruación) también en ese momento sobrevienen signos y síntomas de este cambio tan profundo: de niña a mujer.

 

TODAS hemos atravesado la llegada de nuestro ciclo entre los 10 y los 15 años y todas atravesaremos esta fase de despedida de él.

Ambas condiciones no las hemos elegido, nos vienen dadas con nuestro sexo biológico. Muchas mujeres reniegan de ellas por estar asociadas al malestar, la incomodidad y el dolor.

Pero sobre todo parecen llevarnos a un espacio-tiempo poco productivo.

Durante estos procesos necesitamos más calma e introspecciónpuede que no estemos desbordantes de alegría. Nos encontramos sensibles, en ocasiones irritables y poco tolerantes. Nos duele el cuerpo, nos falta la energía…

En este punto acaso sea útil nutrimos del aporte de Miranda Gray en su libro Luna Roja.

El proceso de cambio inicia con la creciente irregularidad del ciclo menstrual. El modo en que afecta a las mujeres puede diferir mucho entre un caso y otro. Para algunas los ciclos erráticos son los últimos «dones» con los que contará antes de que sus ciclos cesen por completo y su percepción y energías cíclicas finalicen.

La mujer postmenopáusica centra todas sus energías creativas en una sola dirección, puede verse como «un punto de origen» o «fuente». Al atravesar este umbral puede convertirse en una activa guía espiritual e iniciadora de conciencia en otras mujeres.

Para algunas el hecho de no experimentar más la menstruación da por finalizado el período destinado a satisfacer las necesidades de los demás e iniciar una etapa en la que pueden dedicar su vida a ellas mismas.

La idea es que la mujer acepte su pasado, se lamente por su pérdida y se centre en su nueva percepción de la vida, ya ha finalizado una parte de su existencia y ahora debe comenzar una vida nueva y estimulante.

A veces la menopausia se considera un signo de deterioro e «inutilidad» y una de las primeras manifestaciones de la muerte, pero no es verdad: así como el ciclo menstrual tiene diferentes fases, ésta es una etapa más del ciclo vital que, si se acepta de buen grado y tal como es, puede brindar grandes satisfacciones y una mayor expresión en la vida.

Podemos permitirnos cambiar la perspectiva: pensar y nombrar esta fase como “PLENIPAUSIA»; vislumbrar que no es un fin, sino el comienzo de una «segunda primavera«.

En la medicina china la menopausia representa una renovación de energía y oportunidades.

Sugerimos iniciar acciones específicas para acompañar este proceso:

  • El ejercicio físico (yoga, tai-chi, caminatas)
  • Meditación.
  • El compartir con otras mujeres (¡Esencial!)
  • La alimentación.

Sobre este último punto dejamos algunas claves:

Incluir vitamina E en nuestra dieta ayudará a disminuir la pérdida de estrógenos, podemos sumar, por ejemplo: nueces, almendras, cereales integrales, germen de trigo.

Consumir alimentos ricos en calcio y vitamina D, junto a las caminatas y la exposición a los rayos solares (en horarios adecuados) para ayudar a absorber dicha vitamina.

Favorecer además el consumo de alimentos ricos en vitaminas A, B y F así como minerales (calcio, hierro, magnesio y fósforo) dentro del contexto de una dieta equilibrada.

Es importante re-conocernos, re-unirnos con nuestros dones y con todas las posibilidades de sabiduría y libertad que esta segunda primavera conlleva.

¡Juntas aprendamos a dar la bienvenida a esta nueva etapa del ciclo vital!

 

Counselor Gretel Islas

Consultora psicológica

Facilitadora en Focusing.

Gretel.f.islas@gmail.com

 

Para seguir leyendo:

  • Manual introductorio a la ginecología natural de Pabla Pérez San Martín. Ginecosofía ediciones.
  • Luna Roja los dones del ciclo menstrual de Miranda Gray. Gaia ediciones.

 

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